Medio ambiente: ¿Extracción o agua? | El Nuevo Siglo
Domingo, 6 de Abril de 2014

Por Álvaro E. Sánchez H. *

Especial para EL NUEVO SIGLO

 

El inclemente verano y la escasez de agua que han generado el deterioro de la fauna y la flora propias de la región del Casanare, los incendios incontrolables en la Sierra Nevada de Santa Marta y el pavoroso incendio desatado en el parque natural de Utría son, entre otros,  síntomas de que algo está pasando con el clima y de que no se ha fortalecido suficientemente la conciencia ambiental en el país en particular como tampoco en el planeta en general. No será fácil establecer con claridad las causas pero habrá que trabajar en ello para poder buscar soluciones reales al tema.

Sería de mucha utilidad comenzar por establecer algunos aspectos desconocidos para la mayoría de los colombianos; por ejemplo, según datos del PNGIBSE 2012, Colombia ocupa un destacado segundo lugar en términos de biodiversidad en el planeta pero va perdiendo posicionamiento poco a poco, y para nada ayuda el fenómeno climático mundial ni el mal manejo ambiental. Las especies endémicas (de presencia únicamente en la región) que se ven afectadas por los fenómenos descritos se acercan a un 17% del total de las especies endémicas existentes en Colombia; de las 29.782 variedades de plantas existentes en el país tenemos cerca de 3.700 en riesgo inminente de extinguirse; de las 764 especies de anfibios se han detectado 19 en las mismas condiciones; de las 588 especies de reptiles el dato es de 3 extintas y 12 en grave riesgo; de las 1.860 especies de aves, se calcula que 46 se encuentran con graves amenazas y, por último, de las 459 especies de mamíferos es posible que en menos de cinco años se extingan 14.

 

¿Cuál es el problema?

 

Determinar cuál es el problema, como ya se dijo, no es un tema sencillo; es posible que en realidad sean muchos problemas juntos los que afectan nuestra riqueza ecológica:

-        Calentamiento global. Indiscutiblemente el cambio climático está generando estragos, no solo en Colombia, y no podríamos controlarlo con políticas internas al respecto; el país no aporta un porcentaje siquiera significativo de los gases efecto invernadero del planeta y, por lo tanto, no puede realizar grandes acciones que solucionen el tema; pero sí debería impulsar movimientos a nivel mundial para hacer verdaderos esfuerzos por controlar la problemática en los países del primer mundo y en la China, que hoy por hoy aportan la mayor cantidad de dichos gases en el planeta.

No pretendo decir, desde luego, que no se deben realizar acciones al respecto en Colombia, eso sería un despropósito. Lo que pretendo significar es que el planteamiento de la solución en Colombia, por sí solo, no es suficiente y se requiere liderar un movimiento mundial que mitigue la problemática que afecta al planeta, pero de manera más significativa a las zonas tropicales.

Adicionalmente el país ha tenido un precario control sobre la tala de bosques y ha permitido que se amplíen las fronteras agrícolas y ganaderas, de ésta manera ha disminuido la cantidad de cobertura vegetal que sirve como filtro natural y captura los excedentes de CO2 al tiempo que mitiga de alguna manera los efectos de las emisiones; es así como se potencializa el calentamiento global aumentando la capacidad de daño del mismo.

-        Industrias extractivas. La manera fácil de justificar desastres como los del Casanare es culpar a las industrias extractivas que se encuentran en la zona. Esto no es justo de ninguna manera por cuanto algunas de ellas no solo mantienen la línea base del territorio de explotación, sino que la logran mejorar; lo que sí es cierto es que otras no cumplen a cabalidad con las obligaciones que les han impuesto las licencias ambientales o bien no tienen dichas licencias por ser de carácter ilegal. Culpar a toda la industria por aquellos que no cumplen es como culpar a los estudiantes que asisten a clases por las ausencias de los demás, es  completamente injusto.

Lo que se debería hacer es ejercer un verdadero control sobre la actividad y lograr así garantizar, como es deber del Estado, que se realice dentro de los parámetros que establece la normatividad ambiental; además, es indispensable que se implementen las guías minero-ambientales y que se exijan las auditorías ambientales en los procesos extractivos.

 

¿Cómo protegemos recursos?

 

Colombia tiene hoy por hoy 58 zonas protegidas en términos ambientales, zonas que agrupan cerca del 90% de las especies existentes; estas zonas protegidas deberían garantizar la supervivencia de dichas especies; beneficiando así a muchas poblaciones vulnerables, principalmente indígenas que habitan en dichas zonas. La legislación vigente impide la mayoría de las explotaciones en estas zonas protegidas y garantiza la conservación; en esto las autoridades ambientales han venido generando cada vez más controles que permiten garantizar que las leyes se cumplan.

De ésta manera las empresas que pretendan obtener recursos de minería o hidrocarburos en nuestro territorio, tienen controles estrictos que los obligan a respetar, quizá nuestra mayor riqueza, la biodiversidad; el problema entonces no radica en la explotación o no que las empresas legalmente constituidas hacen de nuestros recursos, tampoco en las pequeñas explotaciones de subsistencia que las comunidades han mantenido por siglos y que han permitido mantener la biodiversidad que hoy mantenemos; radica en las explotaciones ilegales que hacen los movimientos guerrilleros, las Bacrim y toda clase de depredadores que ejercen la minería sin control efectivo por parte del Estado.

Notas finales: deberíamos tener conciencia de que la disyuntiva ¿Extracción o agua? No es cierta, lo que debemos tener es extracción y agua; la correcta utilización de los recursos tendrá que redundar en beneficio de las poblaciones vulnerables. Esperar a que haya otro fenómeno como el actual será una irresponsabilidad total, las soluciones deben ser ahora y deben ser concretas, el tiempo de las discusiones ya pasó, estamos en el tiempo de las acciones.

En palabras del mexicano Enrique Left, el proceso de deterioro pasó el punto de no retorno; en lo personal no comparto dicha afirmación, creo firmemente que el ser humano tiene la capacidad de revertir el daño causado hasta hoy; creo que el término real es que ya se superó la fase de inacción: o actuamos o estamos en el mundo de no futuro.

* Director Maestría en "Gestión y evaluación ambiental". Escuela de Ingenierías. Universidad Sergio Arboleda. alsanchez2006@yahoo.es @alvaro080255