El liderazgo alemán para enfrentar la crisis que golpea desde hace meses a Europa –que le ha valido una gran popularidad tanto en el país como internacionalmente- superó con creces algunos reveses electorales sufridos por la Unión Cristiana Demócrata (CDU) al considerar los motivos por los cuales ese partido reeligió a la canciller Angela Merkel como su carta para las legislativas de 2013.
Reunidos en un congreso en Hanóver , los delegados del partido conservador la reeligieron como presidenta de la CDU con un resultado espectacular (97,94% de los votos), el mejor en los doce años que lleva al frente de la formación.
"Me quedo con la boca abierta, estoy emocionada", dijo la canciller Merkel, ovacionada al anunciarse el resultado.
"Tenemos mucho que hacer" antes de las elecciones legislativas del 22 de septiembre de 2013, proclamó.
Un poco antes, en un discurso de una hora ante los delegados, la canciller, en el cargo desde 2005, hizo balance de su gestión y se presentó como una personalidad providencial frente a la crisis económica.
"Este gobierno es el mejor gobierno federal desde la Reunificación" en 1990, afirmó.
"A veces nos encontramos en un mar agitado", afirmó, refiriéndose a la crisis. La dirigente conservadora destacó que las perspectivas de crecimiento no son tan buenas como se preveía para el año próximo.
Pero "mientras otros países de Europa están en recesión, nosotros somos el motor del crecimiento en Europa", insistió.
"Todo esto no cayó del cielo (...), podemos estar orgullosos" de la acción gubernamental, afirmó.
La canciller recordó que Alemania tiene actualmente "la tasa más baja de desempleo" y "una tasa de desocupación de los jóvenes de las más bajas de Europa".
"Hemos sacado a Alemania de la crisis más fuerte de lo que estaba cuando entró en ella", destacó. Sin embargo, "la crisis no se puede resolver en una noche, ya que no se produjo en una noche", aseguró.
Angela Merkel, la personalidad preferida de los alemanes, subrayó los puntos positivos de su balance: un alto nivel de creación de empleo y de inversión en investigación y en educación, así como el abandono de la energía nuclear, entre otros.
La canciller, que quiere mantener ese rumbo, reiteró su voluntad de continuar su alianza con los liberales después de las próximas elecciones legislativas.
"Ninguna otra coalición puede llevar a nuestro país hacia un buen futuro", proclamó durante un discurso de una hora que fue seguido por una prolongada ovación.
Aunque su partido sufrió una sangría de electores en las últimas legislativas de 2009, Angela Merkel, que dirige la primera potencia económica europea desde hace siete años, recibirá sin duda alguna el apoyo entusiasta de los militantes.
En contraste con la alta popularidad de Merkel, sin precedentes para un dirigente alemán desde la Segunda Guerra Mundial, su aliado liberal de gobierno (FDP) se encuentra estancado.
En las encuestas, la CDU y el FDP no disponen actualmente de la mayoría necesaria para renovar su coalición. Según los sondeos, los conservadores obtendrían entre 37% y 39% de los votos. Los liberales, con sólo 4% de las intenciones de voto, podrían no alcanzar el mínimo de 5% necesario para entrar al Bundestag (parlamento federal).
Desde las elecciones legislativas de 2009, la coalición gubernamental acumuló reveses en los comicios regionales, perdiendo entre otros un bastión histórico (Bade-Wurtemberg) y derrumbándose en Renania del Norte-Westfalia.
La coalición ya no posee la mayoría en el Bundesrat (Cámara alta del Parlamento), lo que dificulta la adopción de algunos proyectos de ley./EL NUEVO SIGLO – AFP