Este noviembre marca un momento muy importante para la niñez en el mundo, pues además de que hoy se celebra el Día Universal del Niño, también se conmemora el 25 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño. Sin embargo a pesar de los avances normativos y los esfuerzos de los diferentes gobiernos, hoy dista mucho la plena satisfacción y respeto de sus derechos.
Hace 25 años, el mundo hizo la promesa a los niños que haría todo lo posible para proteger y promover sus derechos a sobrevivir y prosperar, a aprender y crecer, para que se hagan oír y alcancen su pleno potencial. A pesar de los avances generales, la situación de muchos niños ha empeorado aún más. Antiguas y nuevas dificultades se han combinado para privar a muchos pequeños de sus derechos y de los beneficios del desarrollo, señala la Organización de las Naciones Unidas.
Agrega el organismo que para hacer frente a estos retos y llegar hasta los niños que han quedado más rezagados, “necesitamos nuevas formas de pensar y actuar, tanto adultos como menores”.
Señala la ONU que hay mucho que celebrar en el 25º aniversario de la Convención, desde la disminución de la mortalidad infantil al aumento de la escolarización. Pero este hito histórico también debe servir como un recordatorio urgente de que aún queda mucho por hacer. Son demasiados los niños que todavía no gozan plenamente de sus derechos al igual que otros.
En septiembre de 2000, durante la Cumbre del Milenio, los líderes mundiales establecieron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que incluyen reducir a la mitad la pobreza extrema, detener la propagación del VIH/Sida y lograr la enseñanza primaria universal para el 2015. Aunque los ODM están dirigidos a toda la humanidad, seis de ellos incumben de forma directa a la infancia, y los otros dos también contribuirán a mejorar las vidas de los niños y niñas.
En 2013, durante la ceremonia de firma y depósito de los instrumentos de ratificación o adhesión relacionados con tratados, que se celebró en Nueva York, la ONU instó a aquellos estados miembros que aún no han ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño y sus tres Protocolos Facultativos a hacerlo, ya que son acuerdos vitales para la protección de la infancia contra el abuso y el maltrato.
La Asamblea General de ONU recomendó en 1954 que los países instituyeran el Día Universal del Niño, para fomentar la fraternidad entre todos ellos y promover su bienestar. El 20 de noviembre marca la fecha en que la Asamblea aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
Falta mucho
Hay 2.200 millones de niños en el mundo indica Unicef en su informe Estado Mundial de la Infancia 2014, en el cual destaca avances que se han logrado para esta población, pero también da cuenta de las carencias y afectaciones.
Destaca que alrededor de 90 millones de niños habrían perdido la vida si las tasas de mortalidad se hubieran mantenido en los niveles de la década de 1990.
En ese sentido señala que el mejoramiento de la nutrición se ha reflejado en una disminución del 37% en el retraso del crecimiento desde 1990. Agrega que la matriculación en la escuela primaria ha aumentado incluso en los países menos adelantados. En efecto, mientras que apenas el 53% de los niños en esos países ingresó a la escuela en 1990, la tasa se elevó a un 81% en 2011.
Destaca también que cerca de 1.900 millones de personas han obtenido acceso a servicios mejorados de saneamiento desde 1990.
Sin embargo, también muestra que se siguen violando los derechos de la niñez. Aproximadamente 6,6 millones de niños menores de 5 años murieron en 2012, la mayoría por causas prevenibles, lo que significa que su derecho fundamental a sobrevivir y desarrollarse no se hizo efectivo.
Un 15% de los niños y las niñas de todo el mundo realizan trabajos que menoscaban su derecho a la protección contra la explotación económica e infringen su derecho a aprender y jugar.
Dice también el informe que un 11% de las niñas contrae matrimonio antes de cumplir 15 años, lo que compromete su derecho a la salud, la educación y la protección.
Pone de presente también que las oportunidades que tienen los niños son distintas dependiendo de la riqueza de sus países; de su género; de su pertenencia a familias pudientes o desfavorecidas; de las zonas donde viven (urbanas o rurales); y de la riqueza o pobreza de sus barrios y lugares de residencia.
“De los aproximadamente 18 mil niños menores de 5 años que mueren todos los días, un número desproporcionadamente alto vive en zonas de las ciudades o el campo que carecen de servicios debido a la pobreza o a las condiciones geográficas. Muchos podrían salvarse con intervenciones poco costosas y de eficacia comprobada”, alerta Unicef en su informe.