El Parlamento Europeo "se dispone" a ratificar este martes el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea, Perú y Colombia para que entre en vigor a inicios del 2013, sellando el capítulo final de una complicada negociación que se inició hace casi tres años.
"Contamos con que este martes se aprobará el Tratado multipartes por amplia mayoría", indicó una fuente diplomática, un día antes de que el TLC se someta a la votación del pleno de la Eurocámara en la ciudad francesa de Estrasburgo.
El TLC "es evidentemente clave para los países sudamericanos ya que les permitirá vender sus bienes y servicios sin barreras en un mercado de 503 millones de habitantes formado por los 27 países de la Unión Europea", añadió.
El tratado -que prevé una liberalización gradual del comercio de mercancías y servicios, eliminando entre otros los aranceles para bienes agrícolas e industriales- provocará, según la Comisión Europea (CE) un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) de cerca del 1% en los países sudamericanos y un beneficio mutuo estimado en 500.000 millones de euros.
Tras su firma en junio pasado en Bruselas, el acuerdo debe ser ratificado por los congresos de las tres partes para entrar en vigencia. Lima ya lo hizo y ahora debe ser aprobado por el Congreso colombiano.
El acuerdo incluye una cláusula específica para garantizar la protección de los derechos laborales, los derechos humanos y el medio ambiente, los principales temas que obstaculizaron los avances de las negociaciones entre las partes, concluidas en Madrid en 2010.
De no cumplirse esta cláusula, el bloque europeo podrá suspender el pacto de forma unilateral.
"En los últimos años, tanto Colombia como Perú han puesto un gran empeño en la mejora de su historial de derechos humanos. No obstante, no cabe duda de que todavía queda mucho por hacer en ambos países", escribió el proyecto legislativo del Parlemento Europeo.
Sobre todo, en Colombia donde se ha registrado "la mayor tasa de homicidios de sindicalistas del mundo, aunque en los últimos años estas cifras se han reducido considerablemente, pasando de 250 al año a principios de la década de 1990 a 26 casos en 2011, añadió.
Varias Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) protestaron por este acuerdo con Perú y Colombia, donde "siguen cometiéndose violaciones a la libertad sindical".
La situación de los derechos humanos y las carencias de estándares laborales, sociales y medioambientales eficientes, así como la débil presencia de la sociedad civil en el monitoreo del acuerdo, son los puntos que más controversia han suscitado entre los críticos de ambos lados del océano.
Según un estudio divulgado la semana pasada, el TLC "facilitaría la entrada" a Europa de dinero "proveniente del narcotráfico".
De ratificarse el tratado "se corre grandes riesgos de que aumente a gran escala la inestabilidad económica, la evasión de impuestos e incluso, el lavado de dinero proveniente del narcotráfico", indicó el estudio realizado por El Centro de Investigaciones sobre Empresas Multinacionales (SOMO).
"Facilitar la entrada a la UE de capitales de procedencia criminal no va a ayudar a resolver la crisis europea, sino que la va a empeorar", consideró Jürgen Klute, eurodiputado de Izquierda Unitaria Europea.
"Es increíble que mientras en la UE estamos legislando para regular y controlar los mercados financieros, se suscriban este tipo de acuerdos obsoletos", señaló.
Las negociaciones habían arrancado con el conjunto de los países andinos, pero Bolivia y Ecuador (los otros dos miembros de la Comunidad Andina de Naciones) se descolgaron del proceso al rechazar que el acuerdo incluyera un tratado de libre comercio.
La UE ha sido tradicionalmente uno de los socios comerciales más importantes de Colombia, ocupando en 2011 el segundo lugar como destino de sus exportaciones (15,6%), después de Estados Unidos (38,1%) y por delante de China (3,5%). La UE es también el segundo destino de las exportaciones peruanas, con una participación de 15,7%.