Amnistía Internacional (AI) reclamó a las autoridades mexicanas la urgente liberación de 11 manifestantes, entre ellos un chileno, detenidos durante una multitudinaria protesta por la desaparición de 43 estudiantes hace dos meses.
La organización, con base central en Londres, pidió en un comunicado "retirar los cargos desproporcionados y liberar urgentemente a los 11 manifestantes que han sido detenidos injustamente en dos prisiones de alta seguridad" de los estados de Veracruz (este) y Nayarit (noroeste).
Los 11 presos -tres mujeres y ocho hombres- fueron detenidos el pasado jueves tras una marcha que concluyó en un enfrentamiento entre manifestantes y antimotines en la neurálgica plaza del Zócalo de Ciudad de México.
Los detenidos fueron acusados por la fiscalía de crimen organizado, tentativa de homicidio y motín, pero para Amnistía Internacional la evidencia en su contra "es tan débil que es muy difícil entender por qué todavía están detenidos".
"La única prueba que los incrimina es el testimonio de los cinco policías que les detuvieron. A menos que se presenten pruebas suficientes para apoyar los cargos, los manifestantes deben ser liberados", argumentó la ONG.
Su reclusión en penales de alta seguridad y la debilidad de las acusaciones "plantean la cuestión de si existe un intento deliberado para desalentar las protestas legítimas", dijo Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
La familia del chileno Laurence Maxwell Ilabaca, un músico de 47 años y estudiante de doctorado en la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), logró que el canciller mexicano, José Antonio Meade, aborde el tema durante una reciente gira al país suramericano.
El canciller de Chile, Heraldo Muñoz, ha afirmado que esperan que Maxwell pueda reunirse con su familia "a la brevedad posible".
La multitudinaria manifestación del jueves fue la última de una serie de protestas en México por la desaparición y posible masacre hace dos meses de los 43 estudiantes en el estado de Guerrero (sur) a manos de policías coludidos con narcotraficantes/AFP.