Miles de personas se manifestaron el jueves en Pakistán contra el atentado que causó el martes la muerte de 24 peregrinos chiitas que regresaban de Irán en autobús en una carretera del suroeste del país.
Unos 2.000 personas se manifestaron el jueves en Quetta, capital de Baluchistán, la provincia donde tuvo lugar el atentado, constató la AFP.
Allegados a las víctimas colocaron ataúdes con sus cadáveres en la avenida de la ciudad en la que tuvo lugar la manifestación, negándose a enterrarlos hasta que el Estado tome medidas contra los agresores, un gesto de protesta muy fuerte en una sociedad musulmana en la que se acostumbra enterrar a los muertos rápidamente.
También hubo manifestaciones similares en Karachi (sur) y en ciudades de la región de Punyab (centro y este), como Lahore, Multan o Rawalpindi, cerca de la capital Islamabad, según colaboradores de la AFP.
Los chiitas representan alrededor de 20% de la población paquistaní.
El atentado tuvo lugar en el pueblo de Dringhar, en la autopista que une Pakistán con Irán, a unos 60 kilómetros al oeste de Quetta, la capital de Baluchistán, una provincia que cuenta con yacimientos de petróleo y gas. Lo reivindicó el Lashkar-e-Jhangvi, un grupo que se inspira, entre otras cosas, de la ideología salafista de Arabia Saudita y afirma tener vínculos con Al Qaida.