Partidarios y adversarios de un proyecto de Constitución preparaban el viernes nuevas manifestaciones en El Cairo, antes de la celebración de un referéndum a partir del sábado organizado bajo alta protección policial y militar debido a las enormes tensiones entre el gobierno islamista de Muhamed Mursi y la oposición laica de Egipto
La oposición, que preconiza el "No", llama a marchar el viernes por la tarde hacia el palacio presidencial protegido por el ejército y ubicado en Heliópolis, en los alrededores de la capital.
Los islamistas partidarios del presidente Mohamed Mursi, que piden el "Sí", prevén congregarse ante una mezquita a unos cuatro kilómetros de ahí.
Manifestaciones similares se han producido desde fines de noviembre, degenerando varias veces en enfrentamientos entre militantes de ambos campos, que dejaron ocho muertos la semana pasada delante de la presidencia.
El referéndum se celebra el sábado en diez gobernaciones, entre ellas El Cairo y Alejandría (norte). Una semana más tarde se celebra en otras 17 gobernaciones.
Unos 120.000 soldados han sido llamados como refuerzo por el presidente Mursi para apoyar a 130.000 policías y garantizar la seguridad durante la votación.
"Los tanques en la calle para la batalla del +Sí+ y del +No+" titulaba este viernes el diario independiente Al-Masry al-Yum.
La división del país en dos zonas de votación fue decidida in extremis, manifiestamente para hacer frente a un boicot de numerosos magistrados encargados de asegurar la supervisión del escrutinio.
El proyecto de Constitución pretende dotar al país de un marco institucional estable, que según sus partidarios refleja los cambios producidos en el país tras la caída de Hosni Mubarak a principios de 2011.
Voto de confianza para Mursi
La oposición laica, de izquierda y liberal denuncia en cambio un texto adoptado apresuradamente por una comisión dominada por los islamistas, que genera según ellos una islamización de la legislación y contiene lagunas en materia de protección de las libertades.
Este referéndum es asimismo considerado como un voto de confianza para el presidente Mursi, procedente de los Hermanos Musulmanes, y que fue elegido con una corta mayoría del 51,7% de los sufragios en junio.
Mursi puede contar con la capacidad de movilización de la poderosa organización islamista pero se enfrenta a una profunda crisis económica que provoca un gran descontento popular.
Sea cual fuere el resultado, este referéndum "va a exacerbar las tensiones políticas y los resentimientos" entre un presidente que optó por mantener un controvertido texto, y una oposición cada vez más crecida, opina Hani Sabra, experto del centro de análisis económico estadounidense Eurasia Group, en una nota.
Mohamed ElBaradei, premio Nobel de la Paz y figura emblemática de la principal coalición de la oposición, el Frente de Salvación Nacional (FSN), declaró que el proyecto de Constitución era "nulo y sin valor" y que si es adoptado, sus adversarios "harían todo lo posible para acabar con él por medios democráticos y pacíficos".
El voto implica a 51,3 millones de electores inscritos, sobre una población total de 83 millones de personas. Egipto es el país más poblado del mundo árabe.
Estados Unidos exhortó el jueves a Mursi, "primer dirigente democráticamente elegido en Egipto", a actuar en favor de un "consenso nacional" tras este referéndum.