Tres muertos, uno de ellos un estadounidense, dejaron violentos choques registrados este viernes en Egipto entre partidarios y detractores del presidente Mohamed Mursi durante manifestaciones rivales que congregaron a decenas de miles de personas a través del país.
Un año después de la asunción de Mursi, primer presidente islamista y civil de Egipto, estas concentraciones rivales ilustran divisiones crecientes en el país y los enfrentamientos hicieron temer una propagación de la violencia.
Los Hermanos Musulmanes, de los que forma parte Mursi, advirtieron a la oposición de que no permitirán un "golpe de Estado" contra el presidente, a dos días de una protesta masiva prevista el domingo para reclamar una presidencial anticipada.
En Alejandría, la segundad ciudad del país, un estadounidense de 21 años, que según las autoridades trabajaba para el centro cultural de Estados Unidos en la ciudad, murió apuñalado, según el ministerio de Salud, aunque según fuentes del hospital habría fallecido por tiros de perdigones.
Murió cuando sacaba fotos de la manifestación, precisaron responsables.
La Embajada de Estados Unidos en El Cairo precisó que estaba investigando estas informaciones.
Por su parte, el Departamento de Estado anunció la salida de parte de sus agentes diplomáticos y consulares de Egipto "debido a los desórdenes políticos y sociales", en un comunicado publicado en Washington.
Por otro lado, en la ciudad de Port-Said, en el canal de Suez, un periodista egipcio murió y varias personas más sufrieron heridas cuando unos desconocidos arrojaron un artefacto explosivo contra manifestantes antiMursi, indicó un responsable de los servicios de seguridad y varios testigos.
Desde el miércoles, siete personas han muerto por la violencia que se registra en el país.
La otra víctima en Alejandría es un egipcio que también murió por tiros de perdigones, según las autoridades.
Desde el miércoles un total de seis personas han muerto en enfrentamientos en todo el país.
La televisión mostró imágenes de los manifestantes lanzando piedras en el barrio de Sidi Gaber de Alejandría, donde fue quemada una sede del Partido de la Libertad (PLJ), la organización política de los Hermanos Musulmanes, el movimiento del presidente.
Otra sede del partido en Aga, en el delta del Nilo, corrió la misma suerte.
También hubo enfrentamientos en las provincias de Daqahliya y Beheira, con al menos 130 heridos en todo Egipto, según responsables de seguridad.
En El Cairo, decenas de miles de simpatizantes de partidos islamistas se congregaron en las inmediaciones de la mezquita Rabaa Al Adauiya de Nasr Ciry, un suburbio de la capital, para expresar su apoyo a Mursi y su rechazo a que abandone la presidencia sólo un año después de su toma de posesión, como pide la oposición.
"No vamos a permitir un golpe de estado contra el presidente", dijo Mohamed Al Beltagui, un dirigente de los Hermanos Musulmanes ante miles de seguidores.
El eslogan de la manifestación es "la legitimidad [de la elección de Mursi] es la línea roja", en referencia a la insistencia del presidente en afirmar que ganó en unas elecciones libres y limpias y que cuenta por lo tanto con un mandato popular.
Por su parte los opositores se manifestaron con banderas egipcias gritando "¡Vete!" mientras se dirigían hacia la emblemática plaza Tahrir de El Cairo, que se convirtió en el epicentro de las manifestaciones de 2011 que desembocaron en la renuncia de Hosni Mubarak, tras tres décadas en el poder.
Gran manifestación el domingo
Estas manifestaciones ponen de nuevo a la luz la tensión en el país entorno a la figura del presidente Mursi.
Sus partidarios dicen que está limpiando las instituciones tras décadas de corrupción, pero sus detractores lo acusan de concentrar el poder en manos de su movimiento, los Hermanos Musulmanes, y de haber desviado la revolución de 2011 que derrocó a Mubarak.
La oposición convocó para el domingo una gran manifestación para pedir su dimisión, coincidiendo con el primer aniversario de su elección.
Muchos comerciantes anunciaron que no abrirán ese día, el primero de la semana en Egipto, por temor a los enfrentamientos, mientras que los habitantes de El Cairo empezaron este viernes ha hacer largas colas para sacar dinero y comprar provisiones.
El ministro egipcio de Defensa ya advirtió la semana pasada de que el ejército intervendrá en caso de disturbios.
Por su parte, el movimiento Tamarod ('rebelión' en árabe), afirma haber reunido 15 millones de firmas para pedir una elección presidencial anticipada.
El miércoles, en un discurro en la televisión Mursi advirtió de que las divisiones amenazan con "paralizar" el país. "Egipto se enfrenta a numerosos desafíos. La polarización alcanzó un nivel que podría amenazar nuestra experiencia democrática y paralizar la nación", dijo.
Tras la caída de Mubarak en febrero de 2011, el ejército tomó las riendas del país hasta la toma de posesión de Mursi, el 30 de junio de 2012./AFP