Varios miles de estudiantes y profesores españoles se manifestaron esta semana en contra de los recortes y una reforma gubernamental de un sistema educativo que se encuentra entre los peor valorados de los países de la Unión Europea.
A causa de la crisis, el Gobierno español recortó 5.000 millones de euros en el último año, según los sindicatos, en un sistema educativo con una tasa de fracaso escolar superior al 30%, de acuerdo con la Unesco.
Para sanear el déficit público, el ejecutivo conservador de Mariano Rajoy se propuso en abril pasado ahorrar 3.000 millones de euros por año en la educación pública.
Estos recortes han despertado la indignación de la comunidad educativa que reivindica que esta austeridad está afectando a la calidad de la enseñanza.
"Las aulas están masificadas, tenemos menores horas de laboratorio, menos horas prácticas...", dijo a la AFP Javi Vaca, estudiante de 16 años, en una manifestación el jueves en Madrid.
"Yo soy profesora de inglés y tengo grupos de 37 alumnos en clase con solo tres horas a la semana. Luego quieren hacer exámenes orales pero es imposible", lamentó Soledad Hernández, de 49 años.
Los estudiantes y profesores temen que los recortes perjudiquen aun más la calidad de un sistema en el que, según la Unesco, uno de cada tres alumnos abandona los estudios antes de terminar la enseñanza obligatoria y que, según el informe PISA de la OCDE, se encuentra por debajo de la media de los países desarrollados y de la mayoría de socios de la Unión Europea.
En España, "tienen mucho peso los trabajos que no requieren cualificación", según José Saturnino Martínez, profesor de Sociología de la Universidad de La Laguna, lo que explica el abandono.
"En los años del boom inmobiliario creímos que dejar los estudios y conseguir un trabajo poco cualificado era una opción viable para un adolescente que quería cierta independencia económica", explicó a AFP Lucía Álvarez, profesora de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo.
Un modelo que se demostró "equivocado", señala, porque tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 y con un desempleo juvenil superior al 50% "muchos jóvenes están volviendo a la escuela".
"La educación necesita más profesores, más dotación y mayor defensa del sistema público", dijo el secretario general del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, aunque Álvarez discrepa de ello.
"No es tanto incrementar los recursos sino gestionarlos de una manera más eficaz", dijo Álvarez para quien las prioridades son motivar a los alumnos, mejorar la formación y la valoración del profesorado e implicar a las familias en la educación de sus hijos.
La reforma del Gobierno permite aumentar el número de alumnos por aulas, da más poder al Estado sobre los contenidos frente a las regiones y adelanta la separación de los alumnos según su itinerario académico, entre otras medidas.
Ante esta reforma, que los estudiantes consideran clasista, los alumnos de la escuela pública empezaron el martes tres jornadas de huelga con manifestaciones en las principales ciudades españolas.
Varios miles de estudiantes, profesores y padres protagonizaron el jueves una marcha por el centro de Madrid, donde clamaron contra los recortes en educación y recordaron los casos de corrupción de los últimos días con cánticos como "Vuestros sobres, nuestros recortes".
"Veo negro el futuro de mi hijo. Apenas hay ayudas y se están recortando las becas comedor, los profesores... Eso merma la calidad de la enseñanza que es clave para el éxito de un país", lamentó Carol Martín, de 37 años, que acudió a la protesta con su hijo de tres años.
El Gobierno también aumentó en abril los precios de las tasas universitarias alrededor de un 50%, de 1.000 a 1.500 euros de media.
"No sé si podré estudiar en la universidad. Mi hermana ya está en ella y no sé si mi familia, con estos precios, podrá pagar dos carreras a la vez", lamentó en una protesta el miércoles Lucía Moya, una estudiante de 16 años que quiere cursar ciencias políticas.
AFP