Decenas de miles de chinos participaron en protestas antijaponesas y el gobierno de China envió once navíos a la zona de unas islas en litigio, en una disputa que enardece la fiebre nacionalista en las dos potencias asiáticas.
Estas manifestaciones se produjeron tras varios días de protestas, algunas de ellas violentas, que despertaron el temor y las preocupaciones internacionales por el creciente conflicto entre dos de las mayores economías mundiales.
Varios cientos de personas se reunieron ante la embajada japonesa en Pekín lanzando huevos y botellas de agua, y portando retratos del líder Mao Zedong, fundador de la República Popular China.
En Shangai, más de 3.000 personas se manifestaron ante el consulado de Japón.
En la ciudad de Shenzhen (sur) estallaron enfrentamientos menores, y en la ciudad de Chengdu (suroeste) también se registraron importantes protestas.
Las islas, conocidas por Senkaku en Japón y Daioyu en China, están deshabitadas pero situadas en zonas de una gran riqueza pesquera y podrían estar situadas sobre importantes recursos naturales.
Japón controla estas islas que China y Taiwán reclaman y la actual disputa agitó las relaciones políticas entre Pekín y Tokio, influidas por el resentimiento chino debido a atrocidades cometidas por japoneses en el pasado.
"China ya no es un país débil. Somos fuertes y no deberíamos dejarnos intimidar más por Japón", dijo Jiu Longtou, un trabajador de fábrica de 31 años. "La isla de Diaoyu es china y debemos protegerla de Japón", añadió.
En tanto, un portavoz del servicio japonés de guardacostas dijo que 10 embarcaciones chinas de vigilancia y un barco del servicio de control de pesca penetraron este martes en las aguas que rodean a estas islas, en el Mar de China Oriental.
Los ministerios y autoridades chinos no hicieron comentarios al respecto.
Sin embargo, el ministro de Defensa chino, Liang Guanglie, dijo el martes que Pekín se reservó el derecho a tomar "medidas adicionales" sobre estas islas, mientras esperan "una solución pacífica y negociada".
Durante una rueda de prensa conjunta, su homólogo estadounidense, Leon Panetta, pidió "calma y moderación para todas las partes".
Una disputa económica entre las dos mayores economías de Asia podría ensombrecer el crecimiento del continente, en el que los principales países occidentales confían para recuperarse de la desaceleración.
Este martes, como cada año, se conmemoró en China un nuevo aniversario el incidente ocurrido el 18 de septiembre de 1931 y conocido como el "Incidente de Mukden", que dio a Japón el pretexto para invadir Manchuria (nordeste chino), uno de los preludios de la Segunda Guerra Mundial.
Japón presiona a China a través de los canales diplomáticos para proteger a los ciudadanos y empresas japoneses en China, dijo el portavoz del gobierno en Tokio.
A pesar de las tensiones, China y Japón mantienen fuertes lazos comerciales, numerosas compañías niponas invierten en su vecino chino y el comercio bilateral entre ambos países ascendió el año pasado a 342.900 millones de dólares, según cifras chinas.
Toyota, el mayor fabricante mundial de vehículos, se negó a dar detalles sobre los cierres en sus tres plantas de montaje y en sus otras seis fábricas de China. "Ciertas fábricas y ciertos concesionarios van a funcionar hoy, pero otros no", dijo un portavoz.
Honda Motors, que fabrica unos 970.000 vehículos al año en China, dijo haber cerrado durante el martes sus cinco plantas en el país y Nissan cerró temporalmente dos de sus tres fábricas en territorio chino.
Los gigantes de la electrónica Canon y Panasonic también anunciaron el cierre temporal de algunas operaciones en China.