Con la salida del ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, y el ingreso de su sucesor quedó a la vista, emergiendo del clima de rumores, la verdad sobre la posición de numerosos militares frente a las Farc y al Eln. Obedecen respetuosamente las órdenes de combatir pero eluden hacerlo, en los campos de lucha. La experiencia de los últimos años les informa dos realidades: si mueren o salen heridos, hay numerosas expresiones de pesar y solidaridad; si las bajas afectan a la subversión, oficiales y suboficiales participantes son objeto de doble ataque. Por un lado, les acusan grupos de abogados y ONG defensores de los derechos humanos; y de otro, les atribuye crímenes el mismo Estado. Entonces con dinero de familiares y amigos, el militar debe acometer su defensa. Y siempre sale condenado. Por eso, actualmente, la mayoría elude crearse problemas.
Nuevas lluvias
Cunde el temor entre habitantes de 320 municipios del litoral Caribe, el Chocó, la costa pacífica de Nariño, el viejo Caldas y los santanderes por los reiterados anuncios de que se aproxima una temporada invernal semejante o quizás más fuerte que la vivida de octubre de 2010 a mayo del año en curso. El susto colectivo se fundamenta en que municipios y departamentos no han ejecutado las obras de defensa entonces anunciadas.
Ansia vehemente
Guillermo Rivera, legislador liberal del Putumayo, Iván Cepeda, dirigente comunista bogotano, y otros políticos desesperan al no ver encarcelados a cada uno de quienes ocuparon altas dignidades en el sector agropecuario durante la administración anterior. Pero a fiscales y jueces les es imposible actuar si no reciben pruebas serias. De hacerlo, delinquirían.