Los mandatarios europeos acordaron este jueves prolongar durante seis meses las sanciones económicas contra sectores estratégicos rusos por la falta de progresos de los acuerdos de paz en Ucrania, anunció el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
"Aprobado. La UE prolongará las sanciones económicas contra Rusia por su falta de implementación del Acuerdo de Minsk", tuiteó Donald Tusk, mientras los líderes continuaban su reunión de dos días en Bruselas.
El presidente del Consejo Europeo había avanzado poco antes la prolongación "por otros seis meses" de estas sanciones, que los mandatarios debían recomendar después que el francés Emmanuel Macron y la alemana Angela Merkel expusieran la falta de progresos en estos acuerdos.
La adopción formal tendrá lugar posteriormente, antes del 31 de julio, cuando expira la actual prolongación.
La UE decidió imponer estas sanciones contra sectores energéticos, de defensa y bancos rusos por primera vez el 31 de julio de 2014, tras el derribo de un avión de Malaysia Airlines en el este de Ucrania, donde se enfrentan fuerzas leales a Kiev y rebeldes prorrusos.
Los 28 han ido apliándolas posteriormente y, a mediados de marzo de 2015, decidieron además vincular su duración a la aplicación de los acuerdos de Minsk, que buscan poner fin al conflicto entre fuerzas leales a Kiev y separatistas prorrusos en el este del país.
En concreto, las medidas limitan el acceso a los mercados de capitales europeos a entidades financieras rusas con participación estatal, así como a empresas rusas del sector de la energía y de defensa.
Los 28 imponen además una prohibición de exportar e importar armas, así como productos de doble uso, y restringen el acceso a Rusia de tecnologías susceptibles de ser usadas para la producción y exploración petrolíferas.
En respuesta, Moscú adoptó medidas de retorsión contra los agricultores europeos.
Las sanciones económicas son uno de los aspectos de las medidas punitivas decididas por la UE para sancionar su papel en el conflicto en Ucrania, país al que arrebató en marzo de 2014 la península de Crimea, una anexión que la UE no reconoce y que genera inquietud en vecinos de Rusia, como los países bálticos.
El conflicto entre el ejército ucraniano y los rebeldes separatistas del este, que según Kiev y los países occidentales tienen apoyo ruso, ha dejado más de 10.000 muertos en tres años. A pesar de los acuerdos de Minsk de febrero de 2015, siguen habiendo enfrentamientos regulares en el frente.