Tras degustar sushis en "un sótano" el miércoles de noche, Barack Obama se rodeó esta mañana de toda la pompa inherente a las visitas de Estado al pasar revista a la guardia imperial japonesa en presencia del emperador Akihito.
Después, tendrían lugar las discusiones políticas y económicas, en momentos en que se suman las tensiones por doquier.
En esta primera visita de Estado de un presidente estadounidense en los últimos 18 años al país del sol naciente, Obama fue recibido por el emperador y la emperatriz Michiko.
Durante un intercambio de amabilidades, Obama dijo que en su anterior encuentro él todavia no tenía el pelo canoso, a lo cual con cortesía el emperador le respondió "usted tiene un trabajo muy duro".
El "trabajo", en este caso, comenzó el miércoles de noche cuando el primer ministro conservador nipón, Shinzo Abe, llevó a su huésped a un célebre restaurante de sushis (comida típica a base de pescado y arroz) ubicado en el subsuelo de un edificio céntrico de Tokio. Según un empleado de un restaurante vecino, ambos dirigentes comenzaron a discutir intensamente en cuanto se sentaron a la mesa.
El menú de este jueves se presenta mucho más copioso, en particular con una reunión formal entre Abe y Obama, en que se discutirá sobre defensa y comercio, a lo que se añade una cena ofrecida por la pareja imperial nipona.
"Japón marcha en el camino de la paz" desde hace 70 años, y la alianza con Estados Unidos es "indispensable e irremplazable" para la paz en la región Asia-Pacífico, declaró Abe al comienzo del encuentro.
Obama le respondió en términos también muy amistosos, seguro de que "la amistad y la alianza" entre ambos países continuarán "en las generaciones venideras".
- Tensiones y más tensiones -
Japón es la primera etapa en una gira complicada y delicada para el presidente estadounidense, quien luego viajará a Corea del Sur, Malasia y Filipinas, puesto que la región vive una escalada de tensión, precisamente a causa de las disputas territoriales marítimas con la vecina China, el gigante asiático.
Ya este jueves, comenzaron las discusiones de fondo y, en cuanto a seguridad, el presidente norteamericano aseguró en conferencia de prensa que las islas Senkaku (Diaoyu para China) en el mar de China oriental están "cubiertas" por el tratado de defensa y seguridad entre ambos países.
"El artículo cinco (del tratado de seguridad entre EEUU y Japón) cubre todos los territorios bajo la administración japonesa (lo que incluye las islas Senkaku)", dijo Obama.
Antes de su partida hacia Asia, ya había dicho lo mismo al diario nipón Yomiuri Shimbuna en una entrevista.
El dilema es cómo equilibrar las relaciones con un "protegido" al mismo tiempo que con un importante socio comercial.
Más allá de afirmaciones como las realizadas ante la prensa, no es algo fácil apoyar a Japón y mantener buenas relaciones al mismo tiempo con Pekín y, sin olvidar a Seúl, que también tiene su contencioso territorial con Tokio.
El viernes de mañana, Obama es esperado en Corea del Sur, su otro aliado regional, que no sólo tiene contenciosos con Japón, sino que está siempre en tensión ante su imprevisible "hermano" y vecino del Norte.
Precisamente, en este ajedrez asiático, el presidente norteamericano consideró que Pekín debe ejercer presión sobre Pyongyang, que se prepararía para un cuarto ensayo nuclear.
"La participación de China para empujar a Corea del Norte en una dirección diferentes es capital", dijo ante la prensa.
Uno de los objetivos de esta gira es precisamente intentar reequilibrar la política estadounidense respecto a Asia.
Pero, los problemas con Rusia tampoco quedaron afuera. Obama acusó a Moscú de no respetar el acuerdo internacional de Ginebra para apaciguar la tensión en Ucrania, y amenazó con nuevas sanciones.
"Hasta ahora, no la hemos visto respetar el espíritu ni la letra del acuerdo de Ginebra (...) Si coninúa así habrá consecuencias y nuevas sanciones" estadounidenses contra Moscú, advirtió.
- Además, un tratado comercial -
Otro sujeto difícil en Tokio lo constituyen las negociaciones para una ambiciosa asociación comercial transpacífica (el TPP), que agruparía a doce países y sufre un gran retraso sobre todo por el rechazo japonés a abrir su mercado a los productos agrícolas norteamericanos.
Desde hace casi dos semanas negociadores de ambas partes trabajan para intentar un avance significativo que satisfaga a Obama y Abe.
Para el primero, el acuerdo TPP, que esperaba que estuviera concretado a fines de 2013, es fundamental para recentrar su política diplomática en Asia.
Pero por el momento, por motivos políticos internos, al ser el voto campesino fundamental para el partido conservador en el poder en Japón, Tokio no quiere tocar sus "vacas sagradas": azúcar, arroz, trigo, cereales en general, lácteos y ganadería (bovina y porcina).
Del lado estadounidense existe una gran presión para que Obama logre un acuerdo. Sesenta miembros del Congreso enviaron una misiva en este sentidos al negociador en jefe, Michael Froman, y al secretario de Agricultura, Thomas Vilsack./AFP