Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo desde hace 18 años, llegó el domingo en cabeza de las legislativas anticipadas y reivindicó de inmediato formar el próximo gobierno, a pesar de su debilitamiento.
Según resultados casi definitivos, el partido Cristiano Social (CSV) de Juncker logró el 33,6% de los votos, contra 38% logrados hace cuatro años, y 23 escaños contra 26, sobre los 60 del parlamento.
El partido de oposición liberal DP, del alcalde de Luxemburgo Xavier Bettel, es el principal vencedor de los comicios, con una subida de 3,2 puntos, hasta el 18,2%. Sigue de cerca a los socialistas, miembros de la coalición saliente, que obtendrían el 20,3% (-1,3 puntos). Los dos partidos tendrían así 13 escaños.
A pesar de su retroceso, después de más de 18 meses en el poder y de un escándalo que precipitó la celebración de elecciones siete meses antes de la fecha prevista, Juncker reclamó llevar conversaciones para formar gobierno.
"Reivindicamos la prioridad para formar el próximo gobierno", afirmó en una breve declaración en el sede de su partido.
"Somos el partido más importante", subrayó, y consideró "impresionante" la diferencia entre su formación y las otras. Hizo un guiño a los liberales, a los que "felicitó" por su resultado. Pero, preguntado por la AFP, no "excluyó" la formación de una coalición en su contra.
Los resultados permiten en efecto contemplar varias opciones. La primera es una alianza entre los cristiano-sociales de Juncker y los liberales de Bettel, que dispondría de una mayoría bastante cómoda de 36 escaños y reuniría al primer partido del país y al que más ha progresado. Las dos formaciones gobernaron juntas entre 1999 y 2004.
Jean-Claude Juncker, quien tiene mal recuerdo de aquella experiencia, también puede tratar de reconducir su tradicional tándem con los socialistas, a pesar de la ruptura con estos este verano.
Una posibilidad más radical envía a la oposición a los cristiano sociales, en el poder de forma casi ininterrumpida desde hace 70 años, por la formación de una coalición entre los liberales, los ecologistas y los socialistas.
"Si se puede poner en marcha, a tres, verdaderas reformas para modernizar el Estado y darle un nuevo impulso, entonces sí, estoy a favor de una coalición de tres", había declarado durante la campaña el jefe de filas de los socialsitas, Etiennes Schneider.
Dicha configuración es posible porque dispone de una corta mayoría de 32 escaños.
"Somos los vencedores del día. Ahora vamos a tomar nuestras responsabilidades", declaró durante la noche Xavier Bettel, el jefe de los liberales, sin precisar en qué dirección se dirigirá.
El jefe de Estado, el Gran Duque Enrique, tiene que nombrar en los próximos días al responsable político que será encargado de evaluar de las diferentes opciones. Fuentes cercanas a los cristiano sociales indicaron que Juncker debería ser designado para esta tarea.
La ruptura entre socialistas y cristiano sociales, que gobernaron junto desde 2004, se produjo en julio.
Al igual que la oposición, los socialistas denunciaron la responsabilidad política del primer ministro en un escándalo protagonizado por los servicios secretos, que espiaron a gran escala a la población y a parte de la clase política.
En total, nueve partidos se presentaban en las legislativas.
Juncker, que tiene casi 59 años, acusa ahora el desgaste del poder y tiene enfrente a un electorado deseoso de ver nuevas caras, en un contexto económico que se anuncia menos lustroso los próximos años.
El país sigue siendo uno de los más ricos del mundo, aunque el desempleo ha subido a cerca del 7% y el endeudamiento se ha triplicado en 15 años.
El primer ministro saliente incide en que el momento es delicado para Luxemburgo, que en 2015 perderá el secreto bancario y deberá buscar un nuevo modelo económico para seguir siendo un centro financiero atractivo a nivel mundial.
El país es un polo bancario europeo e internacional, con lo que forjó su prosperidad económica. Los servicios financieros son una de sus principales actividades. Es la 13ª plaza financiera mundial y el segundo centro internacional de fondos de inversión detrás de Estados Unidos.
El Gran Ducado de Luxemburgo es uno de los más pequeños países de la Unión Europea y uno de los más ricos del mundo. Tiene 537.000 habitantes, el 44,5% de los cuales son extranjeros, y un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de 65.190 dólares, según el Banco Mundial./AFP