Lula da Silva implicado en Operación “Lavado” | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Marzo de 2016

PORcerca de tres horas el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva testificó en la Polícia Federal de Brasil, sobre su presunta implicación en el la Operación Jato (Operación Lavado).

Salvo el caso de Fernando Collor de Mello, quien también hace parte de esta investigación, la justicia brasileña nunca había allanado el domicilio de un jefe de Estado y mucho menos lo había citado bajo estrictas normas de seguridad a testificar.

"Estamos analizando evidencias de que el expresidente y su familia recibieron ventajas para conseguir acciones dentro del gobierno. Eso aún es una hipótesis", dijo el fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima, a cargo de la investigación.

Sostuvo que cerca de 30 millones de reales (unos 8 millones de dólares) fueron pagados a Lula, quien gobernó Brasil de 2003 a 2010, en forma de donaciones u honorarios por conferencias por grandes constructoras acusadas de corrupción en Petrobras.

"Los favores son muchos y difíciles de cuantificar. Es más fácil cuantificar las obras en el tríplex y las obras en la finca", dijo en referencia a dos propiedades que la fiscalía sospecha fueron pagadas por constructoras en beneficio de Lula.

El fiscal precisó que las grandes constructoras involucradas en el fraude a la petrolera hicieron el 60% de las donaciones recibidas por el Instituto Lula, del exmandatario, por un total de 20 millones de reales entre 2011 y 2014. Seis constructoras hicieron pagos de 10 millones de reales, que representan el 47% de los ingresos de la empresa LILS Palestras, propiedad de Lula.

Las empresas son Odebrecht, OAS, Camargo Correa, Queiroz Galvao, Andrade Gutierrez y UTC. "No hay nadie exento de investigación en el país (...) Lula no tiene fueros privilegiados", aseguró Lima.

"Violencia"

El Instituto Lula del exmandatario sostuvo que las acciones policiales representan "una agresión al Estado de Derecho".

"La violencia practicada hoy contra el expresidente Lula y su familia, contra el Instituto Lula, la exdiputada Clara Ant y otros ciudadanos ligados al expresidente es una agresión al Estado de Derecho que afecta a toda la sociedad brasileña", dijo el Instituto en un comunicado.

La acción de la policía "es arbitraria, ilegal e injustificable, además de constituir una grave afrenta a la Corte Suprema", agregó.

Lanzando gritos y coreando consignas, decenas de manifestantes se agolparon en la sede de la policía federal del aeropuerto de Congonhas, donde Lula declaró, algunos para apoyarlo y otros para repudiarlo, lo que finalmente derivó en una dura golpiza.

Propiedades de lujo

Los mandatos de allanamiento y traslados para declarar "están siendo ejecutados por la policía federal para investigar posibles delitos de corrupción y lavado de dinero del esquema Petrobras practicados por el expresidente Lula y asociados", dijo la fiscalía del estado de Paraná, a cargo de la investigación del megafraude a la petrolera.

"Hay evidencias de que el expresidente Lula recibió valores oriundos del esquema Petrobras por medio del envío y reforma de un apartamento tríplex y de una finca en Atibaia, de entrega de muebles de lujo en las dos propiedades y de almacenaje de los bienes por una empresa de transporte", sostuvo la fiscalía en un comunicado.

Lula niega ser propietario del tríplex en un balneario del estado de Sao Paulo y de la finca. La fiscalía sospecha que los predios fueron reformados por grandes constructoras brasileñas, que a cambio obtenían contratos en la estatal Petrobras.

"Creemos que la finca es realmente del señor Luiz Inacio", dijo el fiscal Lima.

Lula continúa siendo una de las figuras políticas más influyentes de Brasil y su destino está estrechamente ligado al de su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, y al del partido que fundó, el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

La "Operación Lava Jato" (lavadero de autos) que desvió más de 2.000 millones de dólares de Petrobras es considerada la mayor investigación anticorrupción de la historia de Brasil y ya ha enviado a prisión o amenaza con hacerlo a parlamentarios, gobernadores, exfuncionarios y algunos de los principales empresarios del país.

Los allanamientos se producen un día después de un vendaval político en Brasil tras la filtración de supuestas declaraciones de un senador oficialista, Delcidio Amaral, acusando a Rousseff de interferir en la investigación del escándalo en Petrobras y a Lula de estar al tanto del esquema de corrupción.

El artículo con supuestas declaraciones de Amaral publicado por la revista IstoÉ encendió la ira del gobierno y la propia Rousseff advirtió indignada que las filtraciones a la prensa no pueden ser usadas como un arma política, y que el combate a la corrupción es y seguirá siendo la prioridad de su gobierno./EL NUEVO SIGLO con AFP