El exministro de Hacienda Antonio Palocci dijo este miércoles a la justicia que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) avaló un "pacto de sangre" entre su Partido de los Trabajadores (PT) y la constructora Odebrecht, clave en la saga de corrupción de Petrobras.
Palocci, detenido desde septiembre de 2016, declaró frente al juez Sérgio Moro, quien ya condenó a Lula a nueve años y medio de cárcel por recibir un tríplex en un balneario de Sao Paulo de la firma OAS a cambio de obras en la estatal Petrobras.
"Odebrecht hizo una especie de pacto de sangre con el presidente Lula. Lo buscó en los últimos días de su [segundo] mandato y le llevó un paquete de sobornos", afirmó Palocci, que testificó en un caso que investiga si Odebrecht compró un terreno para el Instituto Lula, que difunde el legado del exmandatario.
La oferta acercada por Emilio Odebrecht, expresidente de la constructora, incluía poner a "disposición para el próximo periodo, para las actividades políticas de él [Lula], 300 millones de reales", equivalentes a 171 millones de dólares al cambio promedio de 2010.
"Quedé en shock", aseguró Palocci en los videos difundidos por el tribunal de Moro, el juez considerado por muchos brasileños como un ícono de la lucha contra la corrupción.
Palocci declaró haber sido informado de la oferta por el propio Lula en el Palacio de Alvorada, residencia presidencial.
"Él también se mostró un poco sorprendido y dijo: 'Él [Emilio Odebrecht] hizo eso porque tiene mucho recelo de Dilma", apuntó.
Ministro de Hacienda de Lula y jefe de gabinete de su sucesora, Dilma Rousseff (2011-2016), Palocci dijo que recomendó a Lula desistir de la propuesta. Pero, siempre según el exfuncionario, Lula reunió a Odebrecht con Rousseff y dijo a la por entonces presidenta electa "que preservara el conjunto de aquellas relaciones en todos sus aspectos, lícitos e ilícitos".
- Versión contradictoria -
En su página de Facebook, el expresidente negó los señalamientos. "La historia que Antonio Palocci cuenta se contradice con otros testimonios", inicia el texto.
Apunta que la narrativa del exministro "se entiende sólo en el contexto de un hombre preso y condenado en otros procesos por el juez Sérgio Moro" que trataría de negociar una delación premiada "que exige se justifiquen acusaciones falsas y sin pruebas contra el expresidente Lula".
Tras relatar otra versión de los hechos, Lula y el Instituto homónimo niegan en el comunicado haber cometido ilícitos o haber adquirido una sede distinta a la actual.
Lula, que en una semana rendirá testimonio ante Moro por otro proceso, enfrenta otras cinco causas y este miércoles volvió a ser denunciado por la Fiscalía General, por obstrucción a la justicia.
El proceso está bajo secreto de sumario y llega apenas 24 horas después de que la misma Fiscalía lo denunciara junto a Rousseff por asociación ilícita en el marco del escándalo Petrobras.
La asesoría de comunicación del exmandatario calificó de "acción osada y precipitada" la nueva acusación del fiscal general de la República, Rodrigo Janot.
El comunicado sostiene que la denuncia atiende a la designación de Lula al frente de la Casa Civil, firmado por Rousseff en marzo de 2016, y niega que el mismo tuviese como finalidad impedir que el exmandatario fuese investigado.
"Es importante recordar que el nombramiento como ministro no interrumpe procesos legales, apenas los transfiere al Supremo Tribunal Federal", afirma la nota de prensa.
El exlíder sindical, que dejó la presidencia con una popularidad récord, busca postularse para octubre de 2018. Pero si la condena por corrupción pasiva es confirmada en segunda instancia no podrá competir y podría perder su libertad.