En Latinoamérica los gobiernos deben seguir de cerca las dificultades de Europa porque las posibilidades de que por estos lados se sientan sus consecuencias no se pueden descartar. De hecho ya están adoptando estrategias para minimizar eventuales coletazos.
No se debe olvidar que la Unión Europea -UE- es un poderoso grupo que reúne a muchos millones de habitantes, por lo tanto es importador de diversos productos, y el intercambio comercial con los países de América Latina, de grandes volúmenes. Es obvio que la crisis financiera, desempleo, son factores que inciden en disminución de importaciones, además las exigencias del momento actual en el viejo continente son de dura austeridad. Esto naturalmente incidirá en los negocios.
El fin de semana el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, advirtió en conferencia dictada en Madrid (España), durante acto de apertura de la sede del BID en Europa, que funcionó por tres décadas en París y ahora se ubica en la capital española, los efectos que tendría para el crecimiento en la región latinoamericana, si las economías europeas no se recuperan. A propósito el Presidente del BID expresó confianza en que España superará la crisis.