Como “antigua y sólida” calificó el Ministro de Justicia, Yesid Reyes Alvarado, la cooperación judicial y en materia de lucha contra las drogas que tiene Colombia con Estados Unidos. Al término de varias reuniones diplomáticas, el jefe de la cartera de justicia indicó que esta ayuda abarca temas adicionales a la aspersión y que Colombia seguirá buscando que a nivel mundial se dé un cambio de enfoque en materia de política de drogas.
“Desde el 2012 estamos empeñados en este cambio y poco a poco hemos conseguido apoyo en cosas que queremos modificar. Por ejemplo, en desarrollo alternativo, tenemos certificadas 4 millones de hectáreas libres de cultivos ilícitos vía desarrollo alternativo”, expresó. Y continuó: “Estamos de acuerdo con Estados Unidos en buscar alternativas a la cárcel como forma prioritaria para reaccionar frente al tráfico de drogas. Colombia insiste en medidas diferenciadas para los eslabones de la cadena de drogas, no tiene sentido criminalizar el consumo”, dijo.
Por casi dos horas, el Ministro de Justicia se reunió con el Director de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca, Michael Botticelli, y con William Brownfield, Subsecretario de Estado para Asuntos Antinarcóticos de EE.UU. Al término de la cita, el jefe de la cartera de justicia expresó que “si el uso de glifosato en programas como aspersión puede poner en riesgo la salud de los colombianos, el Estado está en obligación de proteger a los colombianos mediante la suspensión del programa”.
“En general la lucha contra el delito no se puede dar a cualquier costo. Por eso la Corte Constitucional ha dicho que por eficiente que sea la política de lucha contra las drogas no puede pasar por encima de derechos de salud de los colombianos. Así lo informamos a los funcionarios en Estados Unidos, ante la situación actual a partir de la decisión de la Corte Constitucional y el concepto del Ministerio de Salud”, dijo Reyes Alvarado.
Finalmente, el jefe de la cartera reiteró: “En 1970 comenzó la lucha contra las drogas, y si esa lucha hubiera sido eficiente en la forma en que se planteó desde esa época probablemente el problema de las drogas habría desaparecido. Lo que muestran 40 años de lucha contra las drogas es que el planteamiento es equivocado y de ahí la necesidad de cambiar el enfoque como lo plantea Colombia”.