Loteros, ¿un oficio en extinción? | El Nuevo Siglo
Viernes, 1 de Febrero de 2013

Petra Cotes, quien en la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez era la que realizaba las rifas en Macondo, seguramente tuvo ‘herederos’ que siguieron sus caminos para conseguir el diario vivir en distintas poblaciones de la Costa Atlántica.
Mucho ha cambiado desde que Petra hacía las rifas con un talonario escrito a mano. Hoy los juegos de suerte y azar son muy distintos por cuenta no sólo del avance tecnológico, sino del cambio de estilos de vida, oficios… en fin, del mundo.
Para no pocos los ‘herederos’ de la Petra macondiana han sido por muchas décadas los vendedores de lotería, pero no aquellos que hoy trabajan con computadores portátiles que imprimen los boletos, sino aquellos tradicionales, enseñados a recorrer las calles a pie buscando en cada esquina, en cada establecimiento, en cada lugar a sus acostumbrados clientes. Sin embargo, con el pasar de los años parece que ese lotero tradicional está empezando a verse menos.
Por ejemplo, en Colombia hace diez años había 20.000 vendedores, hoy quedan 15.0000. En la capital del país hace una década eran 5.000 familias las que vivían en torno a los juegos de azar, pero hoy quedan menos de 3.500.
¿Qué pasa? Aunque décadas atrás este era un oficio que se heredaba de padre a hijo, hoy por hoy los jóvenes no ven futuro en el negocio, pues sus progenitores no ganan lo suficiente, venden con muchas dificultades por la competencia desleal, hay muchos billetes falsos, la inseguridad creciente y, sobre todo, porque es un negocio que empieza a ser desplazado por otro tipo de juegos que, debido a que pueden acumular premios sorteo tras sorteo, terminan superando a las loterías en cuantía ofrecida a los suertudos ganadores.
Esperanzas
El subgerente de la Lotería de Bogotá. Roberto Conde Romero, explicó que mientras se trabaja para que la ley autorice acumular los premios, se realiza un proceso de cambio cultural en el mercadeo de los proyectos, Por ejemplo, los loteros después de un proceso se llamarán “Representantes de Venta de Juegos de Suerte y Azar”.
“Se disminuye la fuerza de venta, no sólo en la Lotería de Bogotá, sino a nivel nacional, en virtud a que un lotero puede vender el mismo producto de diferentes regiones. Se observa el descenso de la fuerza de venta en virtud a que los hijos de los loteros buscan otras expectativas de carácter profesional, descuidando el oficio desarrollado durante varias décadas por sus padres“, explicó el directivo.
Gerardo Muñoz Prieto, experto lotero con 40 años de experiencia, en diálogo con EL NUEVO SIGLO, desde su tradicional sitio en la calle 18 con carrera 9, en pleno centro de la ciudad, dijo que en los últimos diez años hay cerca de un 30 por ciento menos de loteros porque han cambiado de actividad o han fallecido.
“La crisis es porque el Gobierno nos tiene limitados, mientras Baloto hace lo que se le da la gana. Si el Gobierno deja trabajar como Baloto, las loterías volverían a renacer como hace 50 años”, indicó Muñoz Prieto, quien desde hace 8 años labora con su padre en la legendaria profesión.
Por lo mismo le toca a las loterías cuidar su recurso humano más valioso: los vendedores. En la de Bogotá, por ejemplo, se trabaja con tecnología de vanguardia para incentivar a los “Representantes de Ventas de Juego de Suerte y Azar” a seguir el oficio. Entre los incentivos están dar la posibilidad de crédito para vivienda y educación, visitas a la red comercial, capacitaciones promocionales de alto impacto, entre otros.
Los loteros son una profesión que se niega a morir y, por lo mismo, quienes viven de este oficio sólo esperan a que las condiciones legales sean, según ellos, más equitativas para poder ejercer su tarea y, logrado ello, sería posible ver en poco tiempo a personas jóvenes recorriendo calles y sitios tratando de venderle a sus clientes un golpe de suerte.

Primer sorteo en 1801

La afición a los juegos de azar es tan antigua como la civilización, por lo que tratar de hacer una relación exhaustiva de los antecedentes del juego de la lotería sería prácticamente imposible. En la antigua Roma ya se jugaba una rifa o lotería durante las fiestas saturnales. Ya durante el imperio, se celebraban sorteos en las fiestas públicas en los banquetes cuyos premios solían consistir en entradas para los espectáculos o en objetos de características jocosas, aunque en algunas ocasiones eran objetos de verdadero valor.

En su libro "Un sorteo de lotería del siglo XVI" de Filemón Arribas Arraiz y "La Lotería cumple doscientos años. Pequeña historia de un gran juego" de Emilio de Urarte indican que la primera lotería parecida a las actuales (con venta de billetes numerados y con premios en dinero) de la que se tiene noticia se realizó en los Países Bajos en 1466, organizada por la viuda de Van Eyck. Los historiadores desarrollan a nivel internacional los sucesos de los juegos de azar.

En Colombia

El juego de lotería es el más antiguo del país, cuyo origen se remonta a los tiempos del Virreinato de la Nueva Granada y se ha mantenido a través de la historia colombiana; siendo la fuente más estable y tradicional del Estado para el desarrollo de la salud pública.

La primera lotería oficial jugó por primera vez en 1801 y fue organizada y controlada por el Cabildo Municipal de Santa Fe de Bogotá con un premio mayor de mil pesos ($1.000,00 M/cte.). Se emitieron 2.000 boletas de veinte reales por cada boletín y las utilidades ($453,00) se destinaron para obras de beneficio social como la "Casa de Recogidas para Castigo y Contención de Mujeres Abandonadas y Prostitutas".

En 1812, al comienzo de la independencia y bajo la presidencia de Antonio Nariño, se realizó el primer sorteo de la lotería popular.

En 1923 el presidente Pedro Nel Ospina, sancionó la Ley por medio de la cual entregó a los Departamentos el monopolio para la explotación de las loterías con premios en dinero y con el único fin de destinar su producto a la asistencia social.

Al paso de los años, el primer sorteo de la Lotería de Bogotá se realizó el 17 de agosto de 1968 y cinco días después fue un día histórico para la capital de la república: llega el Papa Pablo VI, quien ofició su primera misa en Colombia.

Inequidad social del mensajero de la suerte

Marco Emilio Hincapié Ramírez *

Especial para El Nuevo Siglo

No es nada nueva la regulación del juego de la lotería tradicional. Este sector ha sido regulado desde 1888, cuando se aprobó la realización del juego de lotería a través de la Ley 98, pasando por regulaciones como la de 1924 contenida en la ley 64, en la que se le confirió la competencia de la explotación del juego de lotería a los departamentos. Luego el reconocimiento en la Carta Política de 1991, que estableció el monopolio de los juegos de suerte y azar al Estado y dispuso que sus rentas serían destinadas exclusivamente al sector de la salud, marco desarrollado en la Ley 643 de 2001, modificada y adicionada por las leyes 1430 de 2010, 715 de 2001, y 1393 de 2010.

Para el cumplimiento de dicha labor las entidades territoriales implementaron la creación de empresas industriales y comerciales del Estado que, en un principio,  sumaban más de veinte y en la actualidad están reducidas a quince, pero siempre sobre la misma base la venta de nuestros productos a través del canal directo con nuestros clientes a través de la fuerza laboral de nuestros loteros.

En ejecución de esta labor hemos contribuido al desarrollo de la infraestructura y sostenimiento del modelo del sector salud de las entidades territoriales, donde en la última década transferimos más de $1.1, billones, con un aporte en el último año fiscal de $138.000 millones.

Sin embargo resulta paradójico que aquellas personas encargadas de efectuar de manera directa esta labor no cuenten con los requerimientos mínimos en materia de seguridad social, ni de legislación especial que les reconozca su valiosa fuerza material para el beneficio de la sociedad, descuido histórico que queremos superar.

Las Loterías estamos esperando el apoyo decidido del Gobierno Nacional para que mediante la implementación de nuevas normas nos permitan efectuar nuestra labor en condiciones de competitividad y modernidad; la explotación de juegos novedosos como el Lotto-preimpreso o la lotería instantánea; la acumulación de premios; la implementación de avances tecnológicos en el sector como actualmente se está surtiendo en Europa y Norte América, que nos permita ofrecer no solo nuestros productos a través de canales de nueva tecnología en aplicaciones en internet, otros  alternativos, celulares, tabletas o IPTV, sino a través de nuestros loteros, con el fin de captar nuevos consumidores potenciales. En las condiciones actuales del mercado las loterías tradicionales están vendiendo menos, pues se ha pasado de la venta del producto ofrecido de un 80% a un 6%.

En lo tocante al ámbito local debemos manifestar que en desarrollo de la política distrital de la Bogotá Humana, hemos realizado esfuerzos por mejorar la situación de los loteros. Firmamos un acuerdo con el Fondo Nacional de Ahorro, que permite a nuestros loteros la posibilidad de tener vivienda y acceder a la educación para ellos y sus hijos. Estos son algunos de los temas de la agenda futura que nos hemos propuesto impulsar en la Lotería de Bogotá y desde la presidencia de la Federación de Loterías de Colombia, pues solo mediante una acción mancomunada de los actores del sector podemos mejorar las condiciones de nuestras empresas, y en esencia el mejoramiento social de nuestra principal fuerza de ventas, los loteros.

*Gerente General Lotería de Bogotá. Presidente de la Federación de Loterías y Entidades Públicas de Juegos de Suerte y Azar de Colombia (Fedelco).