Los partidos de fútbol se ganan con una táctica bien concebida, pero para ello es necesario tener ‘ojímetro’ en la elección de los jugadores. De lo contrario, lo que se dibuje en el pizarrón se desteñirá en el campo de juego.
Al argentino José Néstor Pekerman no le está dando miedo buscar variantes en la Selección Colombia Mayores, en la que nos tenían acostumbrados a que había un grupo de ‘11 titulares’ y pare de contar, lo cual llegó a hacer monótonos los procesos. Hernán Darío Gómez y Leonel Álvarez no se atrevieron a buscar alternativas, se ‘enamoraron’ de un grupo y ‘murieron’ con ellos, les temieron a las críticas por atreverse a realizar modificaciones.
Allí ha comenzado Pekerman a marcar diferencia. Es un entrenador que se basa en el rendimiento de cada futbolista para enviarlo a la cancha, no tiene sentimentalismos, sabe que en el fútbol se triunfa con jugadores que respondan, que se sacrifiquen y que sean todo terreno. Los ‘estáticos’, ‘palomeros’ y que con las manos en la cintura esperan que les lancen el balón, ya no existen. El fútbol moderno exige actores integrales, y a eso le está apostando José Néstor, él sabe sacarles provecho a los integrantes del combinado cafetero que actúan en clubes internacionales, ellos son unos ‘gladiadores’, no dan el balón por perdido… lo buscan hasta poseerlo.
Pekerman está haciendo fácil su labor. En medio de su silencio les está demostrando a quienes lo ‘presionan’ para que hable, que el fútbol es un deporte más allá de las palabras, en el que la disciplina, el orden, el desequilibrio individual o colectivo, el compromiso y la certeza, son los que juegan, lo demás es secundario. El estratega gaucho muestra a través de su trabajo una notable evolución de la Selección Colombia, que está a punto de sumar la segunda semana de ‘engranaje’ en los 2.650 metros de Bogotá y se está dando el lujo de hacer ‘olvidar’ al goleador Radamel Falcao García, quien parecía imprescindible (está lesionado), y sucede que no, es uno más de los convocados.
A 8 días del partido contra Perú en el estadio Nacional de Lima, una minoría está pensando en si el equipo podrá vencer sin los goles de Falcao; Pekerman tiene la fórmula para jugar sin el astro del Atlético de Madrid, colocando a Jackson Martínez como ‘socio’ de Dorlan Pabón. ‘Chacha’ Martínez es rápido, atrevido y con decisión para buscar la anotación. Es un as de Pekerman para salir a pelear los 3 puntos frente a los ‘incas’.
Y está también Alexander Mejía, quien le da solidez, confianza en la mitad de terreno y gol. Y como si fuera poco se atrevería a dejar en el banco al lateral Camilo Zúñiga para darle paso a Juan Guillermo Cuadrado, con quien pretende, además de velocidad, apoyo por el costado derecho y sorpresa por su habilidad cuando aterriza en el área rival. El otro as es Aquivaldo Mosquera, ‘impasable’ en el juego aéreo, olvidándose de Luis Amaranto Perea, quien por su trayectoria debería ser el acompañante de Mario Alberto Yepes en la pareja de centrales; pero no, se está decidiendo por Aquivaldo.
Si José Pekerman ratifica el grupo que ‘examinó’ contra Independiente Santa Fe, la Selección Colombia será ofensiva de pies a cabeza, pues Freddy Guarín, Carlos Alberto Sánchez y James Rodríguez son volantes de ida y vuelta, juiciosos en el quite de la bola, con decisión para rematar de media distancia y con vocación de gol.
Este es el resultado del ‘espionaje’ que realiza el jefe técnico de la Selección tricolor y su grupo de asistentes, quienes analizan videos del equipo peruano, que tiene un estilo de juego veloz, el cual tendrá que ser neutralizado con elementos de similar perfil. De ahí que Pekerman se esté inclinando por una formación sin ‘ataduras’, recurriendo a aquellos jugadores que interpretan a leguas su idea táctica, que no es caída de ninguna galaxia, sino el de respetar el potencial de cada futbolista.
Ahora, que no se vayan a rasgar las vestiduras si para los 90 minutos del 10 de junio ante Ecuador Pekerman envía a la cancha un conjunto con 3 o 5 variantes, no por capricho, sino porque el contrincante dirigido por el colombiano Reinaldo Rueda así lo exige. En Quito ‘vuelan’ y habrá que ‘cortarles’ las alas con jugadores que manejen la altura y los ritmos con eficacia.