Por: Pablo Uribe Ruan
Que Pekerman haya dado la lista de los 30 seleccionados no es un engaño, mucho menos una falta de respeto. La decisión tiene sentido y es claro, por más de que sus detractores la encasillan como “irrespetuosa”, que el argentino lo hace por una razón: las lesiones. Es simple estrategia, nada más.
Para muchos la lista de 30 es irrespetuosa con el jugador que viene esperando que le digan que sí va o no a Brasil. La consigna es: no especular. Y más que la especulación, esos que atacan la decisión les parece indignante porque en la interna de la Selección de antemano ya se sabe quiénes van, y todo esto termina “pordebajeando” a los que se quedan por fuera.
Los jugadores ya deben saber si viajan a Brasil, se la “huelen”, conocen cómo fue su proceso en la selección y si les alcanza para estar dentro de los elegidos. Y seguro Pekerman ya les dijo o les insinuó su futuro mundialista. Así que el argentino simplemente está actuando con precaución, pues la lista de los 30 le permite tener a quién llamar en caso de que algún jugador se lesione.
Otra cosa diferente es que el martes no anunció los seleccionados en rueda de prensa, ni dio las razones por las cuales los convocaba. Claro, todos queremos saber por qué unos van y otros no. Pero eso es una cuestión de estilo. Pekerman es callado, le gusta manejar las cosas en el interior del plantel y no decir mucho sobre sus decisiones; así es él, y así nos llevó al mundial.
Pero sobre todo, Pekerman es un tipo de procesos. Ahí está la respuesta de los que van y de los que no van y, por supuesto, de quien se lesione.