Partidarios del ex presidente Álvaro Uribe y admiradores del presidente Santos coinciden en advertir que este reafirmó, con frases de su último discurso, la semana pasada, el distanciamiento entre él y el uribismo. Santos colmó de alabanzas al clérigo y máximo dirigente nacional de los jesuitas Francisco de Roux. Le llamó “sembrador de paz y esperanza enfrentado a los violentos”. Cuando era misionero jesuita en el Magdalena Medio semanalmente sindicaba de “criminal y violador de los Derechos Humanos” al Ejército. A la vez sostenía que “Álvaro Uribe Vélez era un político paramilitar y alcahueta de sus ministros”. Coincidencialmente, uno de ellos era el de Defensa, Juan Manuel Santos. Elevado a Provincial de la comunidad, no abandonó sus opiniones. Basadas en ellas, universidades jesuíticas de Estados Unidos y Europa han rechazado la presencia de Uribe Vélez en sus instalaciones.
Actitud conservadora. Miembros del Conservatismo en la Cámara de Representantes opinan oportuno un pronunciamiento de los electores el 30 de octubre acerca del matrimonio civil y de las uniones conyugales entre personas del mismo sexo. Con este fin plantean la posibilidad de que los ciudadanos alcancen a emitir su concepto. La doctrina conservadora aboga por los enlaces formales y la indisolubilidad del matrimonio basándose en el hecho de que el Partido sostiene desde su fundación hace 162 años una identidad clara con las enseñanzas católicas. Pero dado que ambos temas serían elevados a norma constitucional, resulta útil a los conservadores informarse, en términos aritméticos, sobre las opiniones de sus conciudadanos.