Hasta altas horas de la noche de hoy o de la madrugada del viernes se sabrán los resultados del Brexit en Reino Unido. Los últimos sondeos son tan parejos, que hay quien se atreve a decir que al final de la semana tampoco se sabrá si Reino Unido abandona o permanece en la Unión Europea.
Las encuestas publicadas un día antes le dan a los partidarios de romper con Bruselas una pequeña ventaja.El sondeo del instituto Opinium, elaborado entre 3.011 británicos consultados por internet, da un 45% de intenciones de voto al Brexit (abandonar), 44% para los pro-UE, un 9% de indecisos y 2% que no quisieron responder. El segundo sondeo, de TNS, da un 43% a los pro-Brexit, un 41% a los pro-UE y un 16% de indecisos.
"En una carrera tan reñida como ésta, el nivel de participación de los diferentes grupos demográficos será decisivo a la hora de determinar el resultado", dijo Luke Taylor, de TNS, augurando que una alta participación de los jóvenes daría más posibilidades a los pro-UE.
El primer ministro conservador, David Cameron, cuya apuesta personal por convocar el referendo y defender a la UE podría costarle el cargo en caso de derrota, recordó una vez más que la decisión sería "irreversible", en una entrevista con la BBC.
Y rebatió uno de los principales argumentos de los partidarios del Brexit (salida). "La idea de que no somos independientes no es cierta", aseguró. Los centros electorales se abrirán las 6 de la mañana, hora de Londres, y cerrarán a las 10 de la mañana.
El profesor de política en la universidad inglesa de Essex, Paul Whiteley, dijo que la participación "será razonablemente alta", comparable a las de las elecciones generales (66%), pero por debajo del referéndum escocés (85%). "Eso significa una ventaja para los partidarios de la permanencia", añadió.
En las últimas horas de campaña, hubo nuevas adhesiones de celebridades a la causa europeísta, como las de la banda de rock irlandesa U2, el actor británico Daniel Craig, conocido por su papel de James Bond, y otro irlandés, el actor Liam Neeson.
Ires y venires
En los más de 60 años de la Unión Europea nunca un país miembro ha abandonado el bloque. El Reino Unido se sumó a ella en 1973, pero ya en 1975 celebró un primer referendo para acallar a los euroescépticos, con victoria de la permanencia. Hoy afronta otro, que difícilmente zanjará el debate.
Según lo oído durante la campaña, la salida británica podría hundir la libra y las bolsas, propiciar el abandono de otros países, acabar con la carrera política de David Cameron, atizar las demandas de los independentistas escoceses y de los republicanos norirlandeses, y dejar en el limbo a millones de inmigrantes europeos en el Reino Unido y de británicos en la UE.
Sin embargo, para quienes desean la ruptura con Bruselas, permitiría al Reino Unido reverdecer laureles, devolverle a su ámbito natural, el mundo anglosajón y frenar la inmigración usando su mantra de "recuperar el control del país".
En cualquier caso, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, avisó que no habrá más concesiones al Reino Unido después del referendo.
"Los políticos y electores británicos tienen que saber que no habrá ningún tipo de renegociación", dijo Juncker. Cameron "obtuvo lo máximo que podía recibir, dimos lo máximo que podíamos dar", concluyó, en una rueda de prensa en Bruselas.
Los dirigentes de más de la mitad de las 100 principales empresas británicas pidieron en el periódico The Times el voto a favor de la Unión Europea, al considerar que la salida provocaría "un choque económico" especialmente doloroso para las pequeñas empresas.
El ex primer ministro conservador John Major, pro-UE, acusó a los líderes del Brexit de "enterradores" de la prosperidad británica, y defendió a la inmigración, muy vilipendiada durante la campaña.
Más de cien personalidades de ambos campos se reunieron en la televisión para discutir un día antes sobre el referendo. Entre ellas estuvo el líder del UKIP (Partido para la Independencia del Reino Unido), Nigel Farage, cuya oposición feroz a la inmigración fue relacionada con el asesinato de la diputada laborista y europeísta Jo Cox, el pasado 16 de junio./EL NUEVO SIGLO con AFP