Contaminación, disminución de peces, fauna y flora, y la deforestación, son las principales amenazas y problemas de 77 humedales del departamento del Amazonas al sur del país. Así lo dieron a conocer la Gobernación y el Instituto Sinchi, al culminar un proyecto que contó con la participación activa de los pobladores locales.
El proyecto, que permitió identificar los humedales en la región, su calidad ambiental y sus problemáticas actuales, contó con una inversión de $300 millones del Fondo Ciencia, Tecnología e Innovación, del Sistema General de Regalías.
De los humedales identificados, los expertos del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi, encabezados por la investigadora Marcela Núñez Avellaneda, seleccionaron cuarenta para evaluar su calidad ambiental y sus condiciones físicas, químicas, microbiológicas, hidrológicas, y la biodiversidad y abundancia de microalgas y de macroinvertebrados.
Los análisis determinaron que el 17,5% de los humedales presenta una buena calidad de hábitat, el 32,5% calidad media, el 32,5% calidad moderada y el 17,5% baja calidad, esta última determinada por la estabilidad en las riberas de los ríos y cauces expuestos (ausencia de sombra) o con grandes claros.
Según el Sinchi, el deterioro ambiental de los humedales de la región afecta de manera directa el bienestar y autonomía social y cultural de las comunidades del área de influencia de los mismos, por eso, para el proyecto se conformó un equipo de trabajo interétnico e intercomunitario representado por 19 dinamizadores (un miembro por comunidad), que contaron con el apoyo y participación de abuelos y abuelas de las comunidades indígenas.
Aunque los resultados registrados evidencian que los humedales evaluados están en diferente grado de conservación e intervención desde el punto fisicoquímico y biológico, el Instituto Sinchi hizo un llamado a proteger y prestar especial atención, a 21 de ellos: las quebradas Guacarí, Guanganay, Parana, Arara, Morrocoy, Tucuchira, Pichuna, Pacuatua, Agua blanca, Yahuarcaca y los lagos/lagunas de Vuelta Pequeña, Curva Larga, Ataunane, Chabarata, Arara, Yahuarcaca, Isla de la Fantasía, Marasha, Yahuarcaca, Zapatero y el Chuquial Pancho.
Otro de los resultados a destacar fue la identificación de especies: 92 nuevos registros para el departamento del Amazonas; en microalgas (Fitoplancton y Perifiton) se identificaron treinta; en macroinvertebrados sesenta y en flora dos nuevos registros, lo que indica que la ribera colombiana del río Amazonas es un sitio de alta biodiversidad.
El proyecto también dejó para uso de las comunidades, entes territoriales y la corporación regional, un mapa con los tipos de humedales, así como más de 100 mapas relacionados con la clasificación geomorfológica y morfológica, intensidad de uso de pesca, madera, chagras y cacería y amenazas por sedimentación/erosión, contaminación, deforestación, disminución de pesca, número de comunidades que usan los humedales y cartografía social.
Según el Instituto Sinchi, los resultados del proyecto “Investigación, inventario, delimitación, caracterización y gestión de humedales en el departamento de Amazonas. Fase I”, son una herramienta clave para contar con información relevante y oportuna para la toma de decisiones, monitoreo de los cuerpos de agua y predecir tendencias de la situación de los humedales en el Departamento.
Otros datos:
· El proyecto tomó como área de estudio la ribera del río Amazonas del lado colombiano, desde Leticia hasta la comunidad de San Martín de Amacayacu.
· Las comunidades del área de influencia de los 77 humedales identificados por el SINCHI son: La Playa, La Milagrosa, Ronda, San José del Río, Canaán, Nazareth, Arara, Maloca, Yaguas, El Progreso, Santa Sofía, Loma Linda, Nuevo Jardín, La Libertad, Zaragoza, El Vergel, Macedonia, Palmeras y San Martín de Amacayacu.
· Los humedales priorizados, entre quebradas, lagos, salados, cananguchales, aportan alimentos, medicinas, y materias primas para la elaboración de casas, canoas, herramientas y artesanías.
· Los servicios ambientales de los humedales son: agua para uso y consumo, biodiversidad, soporte ecosistémico, paisaje y recreación, medicina tradicional, soporte cultural, sumidero de carbono, pesca, alimentación, receptor de aguas servidas, transporte, turismo y regulador hidrológico./Fotos Instituto Sinchi