Que las disculpas que pidió por el comportamiento del jugador uruguayo Luis Suárez el sábado tras el partido contra el Manchester United no se debieron a la presión de su principal patrocinador, el banco Standard Chartered, afirmó el Liverpool.
Suárez se negó el sábado a dar la mano al francés Patrice Evra, en la primera vez que ambos futbolistas se veían las caras después de que el primero fuera sancionado con ocho partidos por proferir insultos racistas al segundo en el Liverpool-Manchester United de la primera vuelta de la Premier League.
El Liverpool, que se disculpó y reprendió la conducta de su jugador, negó que este comportamiento viniera propiciado por la presión de su principal patrocinador, Standard Chartered, que ha pagado 128 millones de dólares por anunciarse en su camiseta durante cuatro temporadas.
"Ian Ayre (director general del club) mantuvo informado puntualmente a Standard Chartered de lo que ocurrió el fin de semana", señaló el club inglés en un comunicado.
"Las acciones que el club decidió tomar fueron apoyadas por Standard Chartered", señaló el Liverpool en el texto.
El banco, por su parte, señaló el domingo que "el incidente del sábado supuso una decepción y hemos compartido la preocupación con el club".
En los medios británicos se ha especulado que el propietario del Liverpool, el Fenway Sports Group, no fue consciente de la trascendencia del incidente protagonizado por Suárez hasta que aparecieron informaciones en la prensa de Estados Unidos.
El entrenador del Manchester United, Alex Ferguson, calificó el comportamiento de Suárez de "vergüenza" al finalizar el choque que ganó su equipo (2-1) el pasado sábado.
El presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales, Gordon Taylor, calificó el comportamiento del uruguayo de "irrespetuoso, inapropiado y embarazoso".