El ex presidente Samper escribe a La Barca sobre el diferendo limítrofe con Nicaragua:
“Don William Calderón
Estimado William. Ojalá el tema de Nicaragua fuera tan sencillo como para reducirlo a una exhibición de títulos históricos, que los tenemos y muy buenos. El problema radica en que de acuerdo con el Derecho Internacional nosotros aún no tenemos una DELIMITACIÓN SUBMARINA con Nicaragua y no podíamos tenerla porque en la época en que se firmó el Tratado Esguerra-Bárcenas (1928) el concepto de plataformas submarinas, mares territoriales y etc. no existía. Esta situación pareció confirmarse en el reciente fallo de la Corte sobre el diferendo marítimo entre Honduras y Nicaragua cuando, a pesar de reconocer la validez de la Cédula Real de 1803 que nos da derechos claros sobre San Andrés y Providencia (situación que ya está clara en los preliminares de nuestro pleito con Nicaragua) desconoce que el paralelo 15 sea el límite entre los dos países, lo cual deja en el limbo los tratados limítrofes que tenemos con Honduras y Jamaica y descalifica el propio valor del Meridiano 82 como límite histórico entre Colombia y Nicaragua. Ojalá la opinión abordara esta discusión sin apasionamientos ni trivializaciones, como lo hemos hecho, a lo largo de estos últimos veinte años, quienes hemos coincidido en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores en la líneas de defensa de nuestra soberanía marítima frente a Nicaragua, objetivo que hoy mantiene el Presidente Santos a través de su Canciller María Ángela Holguín frente a la próxima decisión de la Corte de La Haya. Un cordial abrazo. ES”.
Propuesta estancada. La cacareada Ley de Víctimas, del gobierno de la Prosperidad, que conduciría por el sendero de la historia al presidente Santos, está estancada por cuenta de una infraestructura que incluye una frondosa nómina, en donde nadie sabe quién responde por quién, y la parafernalia con que se manejó durante el ministerio de Vargas Lleras desapareció del mapa, pues el maquinista de la locomotora terminó repartiendo casas a diestra y siniestra.
Mermelada. Otra propuesta estancada entre la mermelada tiene que ver con las jugosas regalías que se quedaron enredadas en los comités creados en los departamentos. Hace poco fueron designados varios delegados por el Gobierno, a quienes les reclaman los gobernadores de manera airada, pues existen departamentos que no reciben un solo peso y otros deben resignarse con migajas.
La puja se está dando entre gobernadores, alcaldes y el gobierno reeleccionista, todos con ponchera en mano, mientras el Ejecutivo se alista para salir en gira, sin reforma tributaria, porque el palo no está para cucharas.
Paseo millonario. Ajustará así el Gobierno su segundo paseo millonario, sin poder responderle a Gramalote por su reubicación; a La Mojana por las inundaciones; a La Virginia por sus desplazados; a los cafeteros por su ruinosa situación; a 300 mil familias mineras por una oficina que no resuelve nada y mantiene los títulos durmiendo el sueño de los justos; y a los congresistas, esperando “oxígeno” para sus campañas venideras.