La Corte Suprema de Justicia ordenó la liberación inmediata de Feliciano Valencia, histórico líder indígena de Colombia que había sido condenado en 2015 a 16 años de prisión por el secuestro de un militar.
El máximo tribunal pidió "la libertad inmediata e incondicional del procesado Feliciano Valencia Medina, la cual se hará efectiva si no es requerido por otra autoridad", según un fallo enviado a medios.
El caso de Valencia, un indígena de la comunidad nasa del Cauca, comenzó en 2008 cuando su comunidad realizaba unas protestas en medio de las cuales un soldado del ejército atravesó tierras indígenas. La presencia del militar resultó sospechosa para los locales, por lo cual fue retenido e interrogado por la Asamblea de Autoridades Indígenas durante dos días.
Debido a la retención y posterior agresión con látigo al soldado, comenzó el proceso en contra de Valencia que terminó en 2015 con un condena a 16 años de cárcel para este dirigente indígena, Premio Nacional de Paz en 2000 por sus esfuerzos por la convivencia pacífica en el Cauca, zona roja del conflicto armado interno de más de medio siglo.
Valencia pasó entonces unas semanas en prisión ordinaria, pero luego fue trasladado a un centro penitenciario en el resguardo indígena Munchique en Cauca, unos 50 kilómetros al norte de la ciudad de Cali.
En la sentencia de la Corte Suprema divulgada hoy se justificó la libertad para Valencia con varios argumentos, entre ellos que la Corte Constitucional avala los métodos de castigo de las comunidades indígenas cuando "no revisten los niveles de gravedad requeridos para que pueda considerarse como tortura".
El alto tribunal notificó asimismo que contra la decisión que absuelve a Valencia de todo delito "no procede" otro recurso.
La jurisdicción indígena está garantizada por la Constitución de Colombia, que permite a las comunidades juzgar y castigar los delitos sucedidos en su territorio según los usos y costumbres de cada uno de los 102 pueblos nativos, siempre y cuando no contravengan la Carta Magna.
Las reservas indígenas ocupan un 30% del territorio colombiano, según la Organización Nacional de Pueblos Indígenas de Colombia (ONIC), y su población alcanza 1,4 millones de personas en un país que cuenta con 48 millones de habitantes.