La ofensiva de los rebeldes del M23 parece marcar una pausa alrededor de Sake, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), en donde el ejército congoleño se reorganiza y la situación de miles de desplazados inquieta, la víspera de una cumbre regional en Kampala sobre la crisis.
El avance del M23, que conquistó el martes Goma, capital de Kivu del Norte, y luego el miércoles Sake, a unos 30 km al oeste, "fue frenada el jueves" a menos de 10 km al sur de Sake, luego de combates con soldados del ejército regular aliados a un grupo de una milicia local, indicó a la AFP una fuente de la ONU.
Según un habitante de Ngumba, una pequeña localidad a 4 km al sur de Sake, interrogado por un fotógrafo de la AFP el jueves por la tarde, los soldados regulares "robaron vacas y cabras en su huida", luego de los combates. Los habitantes "huyeron en todas direcciones", agregó.
Al menos 25 civiles resultaron heridos en los enfrentamientos, según la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF). Los beligerantes no proporcionaron de momento ningún balance.
En una calle del centro de Sake, casi vaciada por la población, en donde los rebeldes estaban presentes, el fotógrafo vio el cuerpo de un civil, y cajas de munición vacías.
"Hay cadáveres a lo largo de la ruta" hacia Kirotshe, localidad a unos 8 km al sur de Sake, hacia donde "la línea de frente se desplazó", declaró a la AFP Thierry Goffeau, jefe de la misión de MSF en Goma.
Sake es un punto estratégico desde donde parten dos rutas: una hacia el sur que lleva a Bukavu, capital de la provincia vecina de Kivu del Sur, que los rebeldes anunciaron que querían tomar, y la otra hacia el oeste en dirección de Masisi.
En Masisi comenzó a fines de abril el amotinamiento de oficiales y soldados del ejército que se reagruparon en el M23.
Este territorio era también uno de los bastiones del movimiento rebelde tutsi congoleño del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), del que viene la mayoría de los miembros del M23.
"Todo está concentrado alrededor de Sake", indicó a la AFP una fuente de la ONU, precisando que el ejército congoleño "está reorganizando su dispositivo" en el sur de esta localidad, hacia Minova en Kivu del Sur. Según una fuente militar occidental tendría en el lugar a unos 3.500 hombres.
Un portavoz del ejército congoleño, el coronel Olivier Amulli, confirmó a la AFP esta reorganización, agregando simplemente que "el objetivo es el de recuperar la integridad del territorio congoleño".
"Si nos atacan (en Sake) vamos a reaccionar", declaró a la AFP el protavoz militar del M23, el coronel Vianney Kazarama.
Como el jueves, miles de civiles continuaban huyendo de la región de Sake en dirección del campamento de desplazados de Mugunga, cerca de Goma, que está en condiciones sanitarias difíciles.
En el terreno diplomático, el presidente del M23, Jean-Marie Runiga Lugerero, continuaba en Kampala el viernes en donde podría reunirse con el presidente ugandés Yoweri Museveni Museveni, que lo hizo venir desde Goma, según el M23.
Runiga Lugerero podría estar presente el sábado en Kampala en donde se llevará a cabo una cumbre regional sobre la crisis en RDC, con la presencia de los presidentes congoleño Joseph Kabila y ruandés Paul Kagame.
El M23, que tiene múltiples reivindicaciones políticas "para los congoleños" (sociales, sobre derechos humanos, de gobernanza...), reclama un diálogo "directo" con el presidente Kabila como condición a todo retiro de Goma, una retirada exigida por los presidentes Kabila, Museveni y Kagame.
La ONU y la RDC acusan al M23 de ser una fuerza paramilitar de Ruanda, y expertos de la ONU también acusaron a Uganda de apoyar militarmente a esta rebelión.
Kigali y Kampala desmienten categóricamente a pesar de un informe explícito difundido el jueves.