El derrocado presidente egipcio Mohamed Mursi reivindicó su legitimidad, al abrirse en El Cairo su juicio por presunta “incitación al asesinato” de manifestantes, el cual fue aplazado hasta el 8 de enero.
En su primera aparición pública desde que lo derrocó y arrestó el ejército, el primer mandatario egipcio elegido democráticamente aseguró que seguía siendo “el presidente de la República”, añadiendo que había que juzgar a los “líderes” del “golpe militar” que lo derrocó, el pasado 3 de julio.
En son de reto, Mursi llegó vestido de traje, en lugar de la ropa blanca que se pone a los detenidos.
“Soy el doctor Mohamed Mursi, el presidente de la República”. “Este tribunal es ilegal”, dijo.
“Esto fue un golpe militar. Hay que juzgar a sus líderes”, puntualizó, añadiendo: “El golpe es una traición y un crimen”.
Al iniciarse la audiencia, otros dos islamistas acusados, Esam al Erian y Mohamed al Beltagui, ambos importantes dirigentes de los Hermanos Musulmanes, habían coreado “¡Abajo la ley militar!” y aplaudieron a Mursi cuando entró a la sala.
La audiencia duró alrededor del tres horas. Los abogados defensores solicitaron que se les deje consultar todos los expedientes del caso y entrevistarse en privado con sus clientes.
Al salir del tribunal, Mursi fue llevado a la cárcel de Borg al Arab, en las afueras de Alejandría.
Afuera del tribunal, manifestantes denunciaban un proceso que consideran amañado, ante una fuerte vigilancia policial y militar.
Partidarios del mandatario islamista derrocado, en prisión o diezmados por la implacable represión de las autoridades instaladas el 3 de julio por el ejército, habían llamado a la movilización este lunes. Miles de partidarios de Mursi se congregaron ante el tribunal constitucional, en el sur de El Cairo, y decenas más ante el tribunal, esgrimiendo fotos de Mursi y carteles con críticas a los militares.
“El juicio de Mursi es una farsa”, afirmó uno de sus simpatizantes, Ibrahim Abdel Samd.
Poco después, partidarios y adversarios de Mursi se tiraron pedradas delante del Tribunal de Casación, en el centro de El Cairo.
Por otra parte, los ataques contra las fuerzas de seguridad se han acrecentado desde el derrocamiento de Mursi. Fuentes de estas fuerzas anunciaron la muerte de un oficial del ejército, baleado este lunes en Ismailia, en el canal de Suez, donde ya habían muerto dos policías en un ataque registrado en la noche del domingo./AFP