por Philippe ALFROY
El partido islamista conservador del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sufrió este domingo un duro revés en las elecciones legislativas, al perder la mayoría absoluta que disfrutaba desde hace 13 años y alejar así sus planes para reforzar el poder presidencial.
Según los resultados definitivos, el gubernamental Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) venció en los comicios con el 41% de los votos y 258 escaños de los 550 del parlamento. Este resultado le obliga por primera vez a formar un gobierno de coalición.
La otra novedad en el panorama político turco es la entrada en el parlamento del kurdo Partido Democrático del Pueblo (HDP), tras superar la barrera del 10% con el 13% de los votos y 79 diputados.
"Hemos logrado una gran victoria (...) quienes quieren la libertad, la democracia y la paz ganaron, quienes quieren el autoritarismo, que son arrogantes y se consideran dueños de Turquía perdieron", declaró el líder de la formación kurda, Selahattin Demirtas, durante una conferencia de prensa en Estambul.
El HDP ya contaba con 29 diputados en el parlamento saliente, pero estos se presentaron bajo la etiqueta de independientes para poder sortear la barrera del 10%.
Los dos principales rivales del AKP, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacional (MHP, derecha) obtuvieron respectivamente un 25% y un 16,5% de los votos, es decir unos 132 y 81 escaños.
Tras vencer todos los comicios desde 2002, el AKP se presentaba por primera vez debilitado ante los electores a causa del retroceso de la economía y de las críticas contra la deriva autoritaria de su jefe histórico, Erdogan.
Este primer "fracaso" electoral representa una dura derrota para el jefe de Estado turco, que presentó estos comicios como un referéndum sobre su persona.
"La AKP no perdió las elecciones pero Erdogan perdió toda esperanza de hacer de Turquía un país de sistema (casi exclusivamente) presidencialista", comentó el profesor universitario Ahmet Insel.
- 'Columna vertebral' -
Durante su tradicional "discurso del balcón" desde la sede del AKP en Ankara, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, intentó minimizar el alcance de este revés.
"Esta elección demuestra una vez más que el AKP es la columna vertebral de este país. Nadie debe intentar transformar una derrota en victoria", dijo ante miles de simpatizantes. "Continuaremos nuestros esfuerzos para cambiar la Constitución con el apoyo de otros partidos", aseguró.
Recep Tayyip Erdogan, primer ministro durante once años antes de convertirse en presidente el pasado mes de agosto, intenta desde entonces convertir Turquía en un sistema presidencialista y reforzar sus poderes.
Para ello, su partido debía alzarse con al menos 330 escaños para poder aprobar una reforma de la Carta Magna.
Aunque la legislación turca le impone al jefe de Estado una neutralidad estricta, Erdogan reclamó durante la campaña electoral "400 diputados" para la AKP para poder cambiar el sistema parlamentario actual.
Durante toda la campaña, la oposición, por su parte, se opuso a su proyecto calificándolo de "dictadura constitucional".
"Hemos puesto fin a una época de represión mediante medios democráticos", se felicitó el presidente del CHP, Kemal Kiliçdaroglu. "Turquía ha ganado, la democracia ha ganado", añadió.
El gran vencedor de la noche, Selahattin Demirtas, logró su objetivo al frente del partido kurdo HDP.
Este cuarentón carismático y ambicioso llevó a cabo una campaña moderna, de izquierdas y contra Erdogan, que le permitió ampliar su electorado más allá de la comunidad kurda (un 20% de la población turca).
Al conocerse los resultados, miles de personas descendieron a las calles de Diyarkabir, la "capital" kurda del sureste de Turquía para celebrar la victoria del HDP.
La campaña electoral estuvo marcada por numerosos actos de violencia contra el partido kurdo, principalmente. Un atentado con bomba contra un mitin del HDP en Diyarkabir dejó el viernes por la noche dos muertos y cientos de heridos/AFP.