La oposición de derecha en Dinamarca disfruta de una ligera ventaja frente al gobierno de centro izquierda en los sondeos publicados días antes de las elecciones legislativas del jueves, tras su férrea posición en temas de inmigración en una campaña dominada por la economía.

Los comicios oponen al bloque de centro izquierda, encabezado por los socialdemócratas de la actual jefa de gobierno Helle Thorning-Schmidt, a la oposición de derecha liderada por el ex primer ministro Lars Løkke Rasmussen (Venstre), quien necesitará el apoyo del Partido Popular danés (DF). 

Un sondeo publicado por el diario Belingske otorgaba el 51,3% de la intención de voto al bloque conservador y un 48,7% para la izquierda. 

A finales de mayo, Helle Thorning-Schmidt, de 48 años, había anunciado justo antes de convocar los comicios que Dinamarca había salido definitivamente de la crisis y aumentó la previsión de crecimiento para 2015 del 1,4% al 1,7%.

Aunque la primera ministra danesa no gozó de popularidad durante la mayor parte de su mandato, este anuncio le ha permitido ganar siete puntos en los sondeos en pocos días, dificultando una victoria fácil a la oposición encabezada por el ex primer ministro Rasmussen (2009-2011) del partido de derecha Venstre.

- Una 'elección muy ajustada' -

"Es realmente una elección muy ajustada. Nadie cuenta con una ventaja clara", estima Rune Stubager, profesor de Ciencias Políticas de la universidad de Aarhus.

Para Kasper Hansen, de la universidad de Copenhague, "las dos cuestiones decisivas (...) son el Estado del bienestar y la inmigración". La primera beneficia a la izquierda y la segunda a la derecha.

A pesar de su repercusión internacional y nacional, el doble atentado de febrero en Copenhague, en el que un joven danés de origen palestino mató a dos personas, entre ellas a un judío, antes de morir a balazos a manos de la policía, no ha estado presente en la campaña.

En cambio, la economía ha sido la protagonista de la campaña, con gobierno y oposición reivindicando la paternidad de la recuperación, mientras que la inmigración y la integración también han ocupado un lugar importante.

El Partido Popular danés (DF) debería registrar su mejor resultado, con un 18% de intención de voto, tras obtener un 12,3% en 2011 y después de convertirse en primera fuerza en las elecciones europeas de 2014 con un discurso antiinmigración.

Entre 2001 y 2011, esta formación era un importante actor de la escena política, al otorgar su apoyo a los gobiernos en minoría de formaciones de derecha a cambio de la adopción de drásticas medidas en materia de inmigración que el gobierno de Thorning-Schmidt no ha cuestionado.

La primera ministra incluso no ha dudado en posar frente a un cartel con el eslogan: "Si vienen a Dinamarca, deberán trabajar", en referencia a la tasa elevada de desempleo de los inmigrantes en Dinamarca.

En primavera, la jefa de gobierno había declarado al diario Politiken que su ejecutivo había endurecido las reglas de acceso al asilo por primera vez en 12 años.

- Un 20% de indecisos -

No obstante, muchos electores estiman que la actual oposición propone mejores soluciones a estas cuestiones.

El bloque de derecha anunció un conjunto de medidas para convertir Dinamarca en un destino menos atrayente para los demandantes de asilo, entre ellas una bajada de las ayudas para los recién llegadas y la atribución de un permiso de residencia permanente a quienes tengan un empleo y hablen danés.

A consecuencia de la guerra en Siria, el número de demandantes de asilo se ha casi cuadruplicado entre 2013 y 2014, en 14.680 personas. 

Con todo, la suerte todavía no está echada, ya que la mayoría de los sondeos indican la existencia de numerosos indecisos que representan hasta el 20% de los electores.