Domingo, 23 de Febrero de 2014
El pasado jueves se cumplieron 125 años del natalicio del caudillo
conservador Laureano Gómez Castro. Figura estelar de la política colombiana. Descolló en el
Parlamento con su elocuencia que retumbaba en el recinto del Congreso Nacional. No solo se
destacó en esa actividad; el periodismo fue otra de sus pasiones. Fundó con José de la Vega El
Siglo, tribuna desde la cual combatió la corrupción, los malos manejos, el ‘tapen, tapen’.
Fiscal insobornable para quien la justicia constituyó uno de los valores más preciados.
Era de una lógica inflexible respecto de la esencia de los principios. Un adalid de la moral;
cristiano por convicción profunda.
Llegó a la Presidencia de la República el 7 de agosto de 1950. En su discurso de posesión
invitó a los colombianos a “un nuevo estilo” en las costumbres políticas. Nombró un gabinete
con criterio técnico. Invitó a los liberales a participar en la administración. Impulsó los
trabajos del Ferrocarril del Atlántico y la construcción del Hospital Militar. Activó la
administración pública, y muchas otras obras, bajo su corto mandato. Hoy, con la perspectiva
del tiempo, su figura cimera se recuerda como uno de los grandes líderes que ha producido el
país.