América Latina y el Caribe deberían duplicar la media de crecimiento de la última década y alcanzar un 7,5% anual para eliminar la pobreza absoluta en 2030, el objetivo fijado por el Banco Mundial (BM) este año, según un informe de la entidad publicado este viernes.
La región deberá mantener una política fiscal equitativa, fortalecer sus instituciones, apoyar una economía de mercado y luchar contra el endeudamiento para contribuir al objetivo, explicó el informe.
Según el Banco, "América Latina y el Caribe obtuvieron impresionantes avances en la reducción de la pobreza extrema en los últimos 15 años, rompiendo tendencias históricas".
La extrema pobreza está fijada actualmente por el Banco Mundial (BM) en menos de 2,50 dólares al día. En 1995 un 26,3% de los latinoamericanos vivían bajo ese umbral, un 13,3% en 2011.
El pasado mes de abril, el presidente del BM, Jim Yong Kim, anunció un doble objetivo para 2030: eliminar esa extrema pobreza en todo el mundo (en torno al 20%) y lograr un sustancial incremento de los niveles de vida para el 40% de la población con menos ingresos (4 dólares al día).
Latinoamérica no es solamente la región más desigual del planeta, con enormes diferencias entre la población más pobre y la más rica, sino además muestra grandes diferencias en los resultados de esa lucha.
Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay han sido los países más dinámicos en estos últimos quince años, seguidos de la región andina y finalmente México y América Central.
En el Cono Sur la extrema pobreza afecta actualmente al 10,6% de la población, al 15,2% en la región andina y el 16,4% en México y América Central, en total unos 80 millones de latinoamericanos.
Según los cálculos del BM, "si se asume una prolongación de la tasa del 3,1% de crecimiento (de media) y el mismo ritmo de reducción de la desigualdad, América Latina y el Caribe en su conjunto necesitarán 41 años para alcanzar a los países con mejores resultados en el mundo".
"Eso significa que no será hasta 2052 cuando el ciudadano medio latinoamericano alcance el estándar de vida que los ciudadanos en países de altos ingresos tenían en 2000", explicó el informe en sus conclusiones.
El crecimiento tiene que llegar del mercado interno y en menor medida de las exportaciones de materias primas o agrícolas, insisten los expertos del Banco.
Los ingresos de los trabajadores deberán aumentar, sin contar de forma excesiva en las transferencias de fondos públicos, aconseja el texto.
Y la región debe proseguir con sus reformas y con la lucha contra la discriminación por raza o género.
"Micro reformas de ese tipo quizás requieren que los más privilegiados en la región estén de acuerdo en algunas reformas necesarias para ampliar el pastel para todos", añadió el texto.