Santos pasará a la historia por sus show mediáticos, las crecientes rechiflas y las masacres laborales en el sector de la Inclusión Social y la Reconciliación. También por los maltratos a los servidores públicos, a muchos de los cuales tiene aguantando física hambre.
Un botón de muestra. Mario Ortiz* es uno de ellos y cuenta que como él son varios los compañeros que han sido incapacitados por stress. La causa: la tensión por el no pago de sus honorarios, la pesada carga de tareas y la incertidumbre frente a su futuro en la Unidad Nacional de Atención a las Víctimas de la Violencia, entidad que depende del Departamento para la Prosperidad Social, DPS.
Como él son 150 las personas que en la calle 95 con carrera 15 de Bogotá definen entre montañas de solicitudes, quien recibe una indemnización por vía administrativa, mecanismo creado por Uribe Vélez aplicado a 350 mil colombianos.
Gracias a la labor de este equipo, más de la mitad de esos colombianos recibieron pagos hasta por 40 salarios mínimos debido a que perdieron un ser querido o resultaron heridos en acciones terroristas. Es una juiciosa y delicada tarea que no permite errores, ni acepta injusticias, pues se trata de valorar a los que aspiran a esa reparación.
Trato de parias. Las víctimas de la violencia no saben que los que están al frente de esta tarea son tratados como parias por el Gobierno, especialmente por la Directora de la Unidad de Atención a las Víctimas de la Violencia Paula Gaviria Betancur. Esta semana no tuvieron más alternativa que parar sus actividades, sin valorar 134 mil solicitudes de reparación por vía administrativa.
No reciben un peso desde abril. Con un contrato hecho por dos meses, trabajaron hasta el 22 de mayo sin ningún tipo de vinculación y nuevamente en junio les hicieron otro contrato también por dos meses. En junio laboraron a marchas forzadas domingos, festivos y en jornadas nocturnas que iban de diez de la noche a seis de la mañana, para que el Presidente "gire" indemnizaciones a 40 mil reclamantes.
Mientras Paula almuerza. Hace poco vieron por primera vez a Paula Gaviria. Ese día les prohibieron salir a almorzar para que esperaran a la ilustre visitante. No llegó a las 12:00 sino faltando 20 minutos para las 2:00 p.m. Mientras almorzaba frente a ellos, no con ellos, pizza y gaseosa, les dijo que era portadora de un mensaje de felicitación de Santos. Como estos 150 contratistas son más de 500 los colombianos que desarrollan tareas distintas para esa entidad en todo el país, que vienen siendo sometidos a este trato y sin que les defina si se quedan o no.
Los "súper asesores". Mientras Bruce Mac Master no sale de Cartagena, su ciudad, convertida en su laboratorio principal del DPS, y Paula Gaviria hace de la Unidad Nacional de Víctimas otro laboratorio pero burocrático donde se firman millonarios contratos a súper asesores que en su vida han estado al frente de un colombiano afectado por la violencia, personas como Mario* y sus compañeros, que con sacrificio, entrega y profesionalismo construyen país, son explotados y engañados por un gobierno indolente que no sólo permite que a sus soldados los humillen, sino que trata a sus servidores como parias.
*El nombre ficticio por protección.