Miles de empresarios en Colombia tienen por estos días en su cabeza una sigla que los tiene implementando cambios: NIIF. A partir de la implementación en Colombia de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), los empresarios tienen ahora la obligación de seguir los lineamientos contables establecidos por las autoridades nacionales: Ministerios de Comercio, Industria y Turismo, y de Hacienda y Crédito Público, en relación con las normas orientadas hacia el reconocimiento, medición, presentación y revelación de las diferentes operaciones, que en las compañías deberán ser aplicadas para efectos de la preparación y reporte de sus estados financieros.
Según el Consejo Técnico de la Contaduría Pública (CTCP), las empresas fueron clasificadas en tres grupos, cada una con un cronograma obligatorio de aplicación de las NIIF: Los grupos 1 y 3 debieron comenzar la preparación hacia las NIIF a partir del 1º de enero de 2013, año durante el cual debieron hacer el alistamiento frente al proceso de conversión de sus estados financieros.
Para el año 2014, este conjunto de entidades debe ser capaz de generar su balance de apertura bajo el nuevo estándar internacional, estando aún obligadas a usar, de forma paralela, los principios de contabilidad colombianos. Durante este mismo año, las empresas que se clasifiquen en el grupo 2 tienen su fase de preparación obligatoria; el 2015 será su año de transición y a partir del 1º de enero de 2016 se iniciará la aplicación exclusiva de las NIIF.
De acuerdo con el Grupo de investigación en Responsabilidad, Rendición de cuentas y Transparencia de la Universidad de La Salle, “uno de los retos más importantes en el ejercicio de la conversión a las NIIF es la responsabilidad asociada a la definición de una metodología idónea que conduzca al éxito del proceso de implementación”.
Así las cosas, bajo el proceso de convergencia contable que se sigue en el país y en las entidades, la actuación del administrador ante los temas contables debe trascender de un ejercicio de observación y delegación de la responsabilidad sobre la información contable, hacia una intervención activa, en donde su liderazgo transformacional, fomente una nueva cultura en la generación y administración de la información contable al interior de la organización que dirige y la divulgación hacia los distintos grupos de interés.