El laborista Sadiq Khan se convirtió en el primer musulmán en ser elegido alcalde de Londres, y de cualquier gran capital europea.
Khan, de 45 años, hijo de un conductor de autobús paquistaní, se impuso al conservador Zac Goldsmith, cuyo perfil -hijo de un multimillonario y casado con una Rotschild- estaba en las antípodas.
A falta de unos resultados definitivos que deben llegar de un momento a otro, la victoria de Khan parecía irreversible y empezaron a lloverle las felicitaciones.
"¡Felicidades Sadiq Khan! ¡Estoy impaciente por trabajar contigo para crear un Londres más justo con todos!", escribió el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.
También le felicitaron el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y la alcaldesa de París, Anne Hildago.
"Estamos tan contentos y orgullosos", dijo a la AFP Malik Ahmed, que trabaja en uno de los restaurantes favoritos de Khan, el Lahore Karahi, en su barrio de Tooting.
"Es tan buen hombre y ha ayudado a tanta gente. Si tienes un problema sólo hay que enviarle un e-mail", añadió Ahmed en este establecimiento de aspecto modesto en el que reinaban unos deliciosos aromas de especias.
"¡Sadiq Khan zinda baad!", "¡bien hecho, Sadiq Khan!", exclamaron en urdu algunos clientes al anunciarse la victoria.
Los conservadores, y sobre todo el primer ministro David Cameron, trataron de identificar a Khan con los extremistas musulmanes, una estrategia que se volvió en su contra.
El líder del grupo conservador en la asamblea municipal, Andrew Boff, criticó esa estrategia y lamentó que los tories hubiesen "dinamitado" los puentes tendidos con la comunidad musulmana, en declaraciones difundidas por la BBC.
Sadiq Khan nació en 1970 en una familia paquistaní recién llegada al Reino Unido. Creció en un barrio de viviendas sociales de Tooting, un área popular del sur de Londres, con sus seis hermanos y una hermana. Su padre era conductor de autobús y su madre costurera, y, al contrario que la mayoría de los diputados británicos, toda su educación transcurrió en centros públicos.
- Corbyn, bajo la lupa -
La elección de Khan fue la mejor noticia para el líder laborista Jeremy Corbyn, que afrontaba su primera gran prueba electoral bajo la atenta mirada de sus críticos del partido, pero que no logró disipar las dudas, al no haber capitalizado el desgaste de los conservadores, en el gobierno desde 2010.
"En toda Inglaterra había predicciones de que perderíamos municipios. No ocurrió, aguantamos", dijo Corbyn a un grupo de militantes laboristas.
Para Matthew Goodwin, profesor de política en la Universidad de Kent, "el Partido Laborista tiene un problema muy serio, aunque la elección de un alcalde laborista en Londres distraerá la atención. Es tercero en Escocia, por primera vez desde 1910, y no ha conseguido impresionar en el sur de Inglaterra, donde tendrá que despegar si quiere tener una posibilidad seria de ganar en las próximas elecciones generales de 2020".
Cameron trató de hurgar en la división laborista.
"Unas elecciones locales para los primeros ministros en el cargo suelen ser días de horror", dijo Cameron a unos militantes conservadores.
"Un día en el que esperas que alguien golpee la puerta, como el condenado cuando viene el verdugo. No fue así anoche", se congratuló.
- Independentistas ganan en Escocia, pero... -
En Escocia, el partido independentista SNP ganó 63 de los 129 escaños en juego, donde los laboristas cayeron a la tercera posición, con 24 escaños, por detrás de los conservadores (31), en esta región del norte de fuerte tradición obrera y contestataria donde habían sido hegemónicos hasta hace poco.
Pero respecto a las elecciones de 2011, los nacionalistas perdieron seis escaños, los conservadores ganaron 16 y los laboristas, que no dejan de perder influencia desde que apoyaron al unionismo en el referéndum de independencia de 2014, cedieron 13.
La gran ganadora de los comicios escoceses fue la atípica líder conservadora Ruth Davidson, que combina elocuencia con simpatía, que nunca ocultó su homosexualidad y que, en resumen, trasciende las posiciones de su partido.
La jefa del gobierno regional y del SNP, Nicola Sturgeon, aclaró que gobernarán en solitario y que no tienen "la intención de buscar un acuerdo formal" con otro partido.
El objetivo del SNP en estas elecciones era fortalecer su hegemonía local y lograr un mandato para reclamar un nuevo referéndum de independencia, algo que podrían hacer después del 23 de junio, día del referéndum sobre la Unión Europea, si Escocia vota a favor de quedarse pero la salida triunfa en el conjunto del país.
También se celebraron elecciones regionales en Gales e Irlanda del Norte. En Gales ganaron los laboristas, sin mayoría absoluta, y el UKIP, el partido antieuropeo de Nigel Farage, logró 7 escaños en la asamblea, su primera incursión en un parlamento regional. Los resultados de Ulster deberían conocerse el sábado.