Laboratorio electoral de España: votación en Andalucía | El Nuevo Siglo
Domingo, 22 de Marzo de 2015

La cita a las urnas hoy en Andalucía, tradicional feudo socialista en el sur de España, no sólo es el pistoletazo de salida para un intenso año electoral en el país ibérico, sino un crucial termómetro para el tradicional bipartidismo, amenazado según los sondeos por movimientos ciudadanos que han catalizado el descontento social por la austeridad y la corrupción.

Estos comicios regionales también se convierten en un ensayo general para las legislativas de fin de año, con nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos tensando una contienda dominada por las acusaciones de corrupción que implican a figuras de los partidos tradicionales.

"Aunque son dos elecciones totalmente diferentes, todo el mundo va a interpretar los resultados como si fueran una primera ronda de las elecciones generales", comenta Antón Losada, profesor de ciencias políticas.

Todos los sondeos predicen que ninguna de las formaciones obtendrá la mayoría absoluta en esta gran región del sur de España, donde 6,5 millones de personas están convocadas a las urnas, por lo que serán necesarias alianzas para formar un gobierno en Sevilla.

Los analistas consideran Andalucía, la región más poblada del país, como un laboratorio de las coaliciones posteriores a las legislativas en España, donde el bipartidismo imperante desde 1982 entre socialistas y conservadores podría llegar a su fin por la irrupción de los antiliberales de Podemos y los centristas de Ciudadanos.

En el poder en Andalucía desde hace 32 años, el Partido Socialista (PSOE) espera mantener su hegemonía en la región, la única junto a Asturias que gobierna actualmente de las 17 existentes en España.

A pesar de los escándalos de corrupción estallados en esta región turística afectada especialmente por la construcción desenfrenada, los sondeos le auguran una pérdida de solo uno o dos escaños.

Sería una importante victoria para su líder, Susana Díaz, que con 40 años aparece como una de las figuras más influyentes del socialismo español, generando rumores de posterior candidatura al gobierno central.

Mientras, el Partido Popular, que gobierna en España, pierde incluso más fuerza en Andalucía que en el resto del país, ya que los electores de esta región devastada por el desempleo no perdonan la austeridad impuesta por los conservadores en plena crisis.

Junto a la caída de los grandes partidos, la izquierda radical de Podemos, tras sorprender en las europeas de 2014 con 1,2 millones de votos poco después de nacer, se alza a la tercera plaza en los sondeos con 15 escaños. A nivel nacional, su irrupción es más fuerte y muchas encuestas la ubican como primera fuerza.

Un parlamento fragmentado

Liderado por Pablo Iglesias, un profesor de ciencias políticas de 36 años con tejanos y la melena recogida en una cola de caballo, Podemos y sus promesas de poner fin a la austeridad y la corrupción de "la casta en el poder" suscitan entusiasmo.

Pero sus vínculos con el socialismo venezolano y su alianza con el partido griego Syriza, con problemas para cumplir sus promesas antiausteridad tras llegar al poder en Atenas en enero, generan dudas en una parte del electorado deseoso de un cambio pero no a cualquier precio.

Ahí surge el éxito de Ciudadanos, que también aspira a limpiar la política pero con postulados más moderados.

"Desde Ciudadanos queremos justicia, mientras que Podemos quiere venganza", afirmó su líder Albert Rivera, de 35 años, en reciente entrevista al diario El Mundo.

Nacido oficialmente en 2006 como un partido catalán antinacionalista, Ciudadanos se reinventó como un partido nacional de centro y reformista que crece exponencialmente en los sondeos. A nivel nacional, el instituto Metroscopia le otorgaba en marzo un 18,4% de la intención de voto, contra un 12% en febrero. En Andalucía, podría llegar al 10% de los sufragios y los diez escaños.

"Podríamos tener un parlamento más plural, donde nuevas fuerzas políticas pueden entrar con más fuerza hasta el punto de ser necesarias para gobernar", opina Jaime Ferri Dura, politólogo de la Universidad Complutense de Madrid.

Ante esta perspectiva, los socialistas andaluces, teóricos vencedores en los sondeos, deberían poder escoger sus aliados y mantenerse en el gobierno. La perspectiva inquieta a Ana Mestre, cabeza de lista del PP en la provincia de Cádiz.

"En Andalucía llevamos tantos varapalos que no podemos estar en manos de experimentos ningunos. Hay algo muy claro: votar a Ciudadanos, Podemos o Izquierda Unida es votar al Partido Socialista", declaró.

Pero las andaluzas son sólo el aperitivo de un frenético ciclo electoral en España culminado con las legislativas de fin de año. En mayo llegan municipales y regionales en diez comunidades, entre ellas Madrid y Valencia, y en septiembre en Cataluña, donde los nacionalistas quieren convertir los comicios en un plebiscito por la independencia.

El círculo vicioso

Atraídos por los altos salarios de la construcción, muchos jóvenes andaluces abandonaron sus estudios. Tras la explosión de la burbuja inmobiliaria, están pagando cara esta decisión, al sufrir el desempleo vinculado al fracaso escolar, un mal endémico en España.

Con rastrillo, palas y escoba en mano, chalecos amarillos en el torso, Daniel Márquez, de 24 años, Alejandro Méndez, de 22, y Adrián Vázquez, de 21, recogen algunos papeles pegajosos que cubren las soleadas calles de Villamartín, un pueblo de casas blancas con 12.000 habitantes del interior de Cádiz.

Todos dejaron el instituto entre los 16 y los 18 años y apenas nunca trabajaron. Son los conocidos como "Ni-Ni": ni estudian ni trabajan. Acaban de ser contratados por 500 euros durante 20 días en el marco de un programa especial de empleo para jóvenes del gobierno socialista de la región, la más poblada del país.

En la antesala electoral todos los partidos cortejan sus votos. "Nosotros votamos al que nos dé trabajo", grita un joven viandante, ironizando sobre el momento en que consigue su contrato, justo antes del sufragio.

El Partido Popular (PP, conservador), en el poder en España, prometió crear un millón de empleos en la región hasta 2020. Por primera vez en 30 años, este partido se convirtió, en marzo de 2012, en la primera fuerza de la región hasta entonces gobernada por los socialistas. Sin embargo, no pudieron gobernar por la alianza de izquierdas entre socialistas y ecolocomunistas, cuyo reciente divorcio provocó un avance electoral.

 El estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 impactó especialmente a los jóvenes menores de 25 años. En Andalucía, seis de cada diez (59%) están desempleados, por encima de la media ya aberrante en España donde la mitad no tiene trabajo.

Ante este panorama, el voto sin duda se inclinará por quien con mayor certeza les pueda garantizar una plaza laboral./EL NUEVO SIGLO con AFP