La Tercera Vía en el día a día colombiano | El Nuevo Siglo
Domingo, 22 de Junio de 2014

El próximo 1 de julio, en Cartagena, el presidente Santos encabezará una cumbre sobre el tema, a la que asistirán cinco exmandatarios, incluido el ex primer ministro británico Tony Blair - considerado el paradigma de esta forma de gobernar y pensar desde lo público-, así como el expresidente de EU, Bill Clinton ¿Qué es la Tercera Vía en gestión gubernamental concreta? La respuesta aquí en palabras del propio Jefe de Estado colombiano durante la clausura, en diciembre pasado, de la LXXIII Asamblea Ordinaria de Gobernadores en Valledupar, en presencia del ex jefe de gobierno inglés

 

“… La Tercera Vía que hemos defendido Tony Blair y este servidor, si uno hace un repaso de los países que la han adoptado, se da cuenta que durante la aplicación de ese concepto, que yo diría que es un concepto pragmático, ha generado la mayor prosperidad en los países donde eso ha sucedido, comenzando por el suyo.

En la historia de la Gran Bretaña, la historia reciente de la Gran Bretaña, en ningún Gobierno se generó más prosperidad que en el Gobierno de Tony Blair en los diez años que estuvo en el Gobierno. Eso es algo que la historia ya le comienza a reconocer y que cada vez le va a reconocer más.

Y fue por ese enfoque pragmático, él hablaba de la necesidad de ser eficaces y de producir resultados, no importa la ideología.

Me recuerda lo que decía un dirigente chino, de que no importa si los gatos son rojos o azules o negros, con tal de que cacen ratones.

Y en ese sentido, ese pragmatismo se traduce en lo que cualquier gobierno de izquierda, de derecha, de centro quiere, que son resultados.

Y uno hace una comparación de lo que ha sido el desempeño de otros mandatarios que han aplicado la Tercera Vía e inmediatamente descubre que efectivamente hay un común denominador: la generación de prosperidad.

Podríamos incluir entre esos mandatarios al Presidente (Bill) Clinton. Y durante su Gobierno, la economía norteamericana tuvo un desempeño que ni había tenido antes ni ha tenido después.

Lo que sucedió en Brasil, lo que sucedió en Chile. En fin, es un concepto que creo que deberíamos volver a estimular, a revivir, porque en el mundo de hoy, que está teniendo una economía tan frágil, con esos interrogantes cada vez más preocupantes que tenemos. Qué está pasando en China, qué está pasando en Europa, qué está pasando en el propio, Estados Unidos. Cuando uno ve cómo la polarización política frena el proceso de toma de decisiones, que inmediatamente afecta las economías.

Cuando uno pregunta aquí qué país no ha sido capaz de aprobar un presupuesto, su presupuesto, que es tal vez la decisión más importante que puede tomar un parlamento.

Así nació, además, el concepto del parlamento, allá en Inglaterra. La distribución de la plata, de los impuestos, del presupuesto.

Y uno pregunta ¿qué país no ha podido aprobar un presupuesto en los últimos cinco años? Y la gente piensa no pues Haití, el Congo.

No. Estados Unidos. Estados Unidos no ha podido, por la polarización política, aprobar un presupuesto y eso afecta inmediatamente la economía y afecta el bienestar de la gente.

Por eso creo que sus enseñanzas, su forma de ver los problemas y el enfoque que les ha dado y ha venido prolongando alrededor del mundo, pues ha sido tan benéfico y por eso le agradecemos mucho.

 

Descentralización

 

Este tema de la descentralización es un tema donde, como hablábamos ahora, con esa pregunta que hizo Juan Carlos Gossain (Gobernador de Bolívar), se aplica a ese pragmatismo, porque depende las circunstancias, depende de la capacidad de cada entidad territorial, depende de la capacidad el Gobierno Central.

¿Y depende para qué? Para la descentralización en materia de seguridad, la descentralización en materia de infraestructura, la descentralización en materia de educación, en materia de salud. Y también depende de la capacidad que tenga el Gobierno Nacional de proveer esos servicios o el Gobierno local de reemplazar al Gobierno Nacional.

Por eso como principio fundamental, como norte, como objetivo de largo plazo, por principio la descentralización es necesaria y es conveniente.

Por un concepto de la Tercera Vía, entre más acerque uno los actos de Gobierno, el Gobierno, al ciudadano, mejor le va al ciudadano. O sea, entre más descentralización, entre más acerquemos quien toma las decisiones que afectan a los ciudadanos, al ciudadano mismo, eso de por sí es positivo.

Por eso la tendencia, el objetivo fundamental, tiene que ser descentralizar cada vez más.

¿A qué ritmo, a qué velocidad? Ahí entra la discusión que hemos tenido ahora. Dependiendo de las capacidades, dependiendo para qué, pero siempre teniendo como base esa descentralización.

En el Gobierno que yo presido hemos hecho un ejercicio importante en ese sentido y en esa dirección. Aprobamos después de 20 años, 20 años llevábamos tratando de aprobar la LOT, la Ley del Ordenamiento Territorial. 20 años, 19 intentos en el Congreso. Y finalmente se aprobó.

 

Contrato Plan

 

Ahí introdujimos un concepto que nos copiamos un poco de los franceses, el concepto del Contrato Plan.

¿Y por qué lo hicimos? Precisamente pensando en lo que ahora hablábamos. El desarrollo de los países se hace con base en las regiones, con base en lo que algunos economistas llaman los corredores de desarrollo.

Por ejemplo, aquí en Colombia podríamos decir que hay un corredor de desarrollo a través del río Magdalena. Entonces todos los municipios y departamentos que son ribereños podrían estar incluidos dentro de ese concepto, si es que se decide que el desarrollo sea a través de ese corredor. Pueden identificarse muchos otros.

El Contrato Plan lo que hace es que les permite a los departamentos asociarse, o a los municipios asociarse, con el Gobierno Nacional, firmar ese Contrato Plan y asegurar que los recursos para las inversiones y las inversiones mismas se van a realizar, no importa que pase en las elecciones.

Para que evitemos lo que en Colombia y en América Latina ha sido la costumbre más que la excepción. Que viene el mandatario nuevo y tiene que ser ‘original’. Él tiene que haber iniciado las obras. Entonces deja las obras que venían de atrás a medio hacer.

Y buena parte del atraso de América Latina se debe a eso. Entonces introdujimos ese concepto de Contrato Plan y ya hemos firmado creo que siete contratos plan con nueve departamentos y muchos municipios, por unas cifras muy importantes en materias de recursos que están, en un primer ejercicio lo proyectamos, a 5, 6, 7 años…

Pero, cualquiera que sea el Presidente o cualesquiera que sean los gobernadores, las obras siguen; siguen financiadas y se siguen ejecutando.

 

Revolcón en regalías

 

Y eso, aunque usted no lo crea Primer Ministro Blair, es un paso importantísimo en nuestro desarrollo. Eso no lo habíamos tenido antes. Y eso va a garantizar que los recursos de otra gran reforma que hicimos nosotros, que fue la Reforma de las Regalías. Las regalías del petróleo, de la minería, las concentraban nueve departamentos y un poco menos de la mitad de los municipios.

Decidimos que eso teníamos que repartirlo con más equidad.

Pero esa reforma la hicimos también pensando en el desarrollo regional. Y esos recursos de regalías, que son unos recursos muy importantes, van a poderse invertir, con criterio de largo plazo, no importa quién sea el mandatario, sino que las regiones o los municipios o los departamentos tomen esas decisiones con el concurso del Gobierno Nacional.

Y ahí comienza esa discusión permanente sobre cómo articulamos esos proyectos, que mantengan el concepto de un Estado unitario y que además mantengan la independencia y la descentralización que nuestra constitución nos impone.

 

Estado unitario vs. Descentralización

 

¿Dónde traza uno esa línea entre Estado unitario y descentralización? El Estado unitario tiene que mantenerse pero descentralizando. Y ahí viene también el pragmatismo con que se abordan estos problemas, estos temas, estos desafíos, y si ese pragmatismo es un pragmatismo inteligente, se pueden resolver los temas en forma muy beneficiosa para las regiones y para el país.

Y estamos, en ese sentido, también transformando a Colombia en una forma muy profunda. Hemos pasado leyes que están dándoles a los municipios más capacidades, a los alcaldes más poderes; estamos discutiendo con los departamentos un régimen departamental y estamos discutiendo la forma de ver cómo los departamentos pueden generar sus propios recursos. Una reforma tributaria que les dé a los departamentos capacidades de generar recursos.

En qué medida el Estado Nacional está dispuesto a ceder esas rentas a los departamentos. Son discusiones que se dan aquí, que se dan en todas partes del mundo y que tenemos que seguir dando, vuelvo y repito, con el concepto de que la descentralización por principio es buena y es necesaria.

Hacerla bien es todavía más necesario. Y de eso se tratan ejercicios como los que estamos haciendo hoy y ejercicios que hacemos todos los días con los gobernadores y los alcaldes.

Y yo quiero agradecerles a los gobernadores la forma como hemos venido trabajando juntos.

Usted sabe perfectamente Primer Ministro Blair que los gobiernos tienen que coordinarse. Cuando los gobiernos se enfrentan, cuando los gobiernos no se coordinan, ni el Gobierno Nacional, ni el Gobierno regional, ni el Gobierno local es exitoso. Tenemos inexorablemente que trabajar juntos.

Y yo tengo que reconocer y agradecer que con estos gobernadores, en un momento tan interesante de nuestra historia, donde hemos logrado -porque también, hemos sido pragmáticos en la parte de la gobernabilidad- hemos logrado una Unidad Nacional en el Congreso, que nos ha permitido pasar reformas que nunca antes se habían pasado, como la que acabo de mencionar, de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial.

Así como esas reformas, hemos pasado muchas otras. Muy progresistas, muy reformistas, pensando en la gente siempre y donde, con la colaboración de los gobernadores y de los alcaldes, estamos comenzando a producir resultados, resultados muy importantes en lo social.

 

Fortalecer clase media

 

Venía de Washington, llegué esta madrugada, y allá estaban gratamente sorprendidos. O ni siquiera sorprendidos, aplaudían el desempeño nuestro económico en materia de empleo, en materia de reducción de pobreza, en materia de reducción de desigualdad, por primera vez. Y es otro tema de la Tercera Vía donde hay una especial importancia, la necesidad de que las sociedades sean cada vez más igualitarias, donde la clase media sea cada vez más fuerte, donde esté cada vez más empoderada.

Nosotros éramos hace tres años el segundo país más desigual de toda América Latina, después de Haití.

Un país tan rico como Colombia, con semejantes recursos, con semejante gente, pero éramos el segundo país más desigual. Hoy ya no.

Tres años después hemos puesto en marcha unas políticas con los gobernadores, que hoy nos permiten decir que ya estamos en el promedio y que hemos sido el país que más ha reducido las brechas, la desigualdad, después de Ecuador, que nos ganó en América Latina.

Nos falta muchísimo todavía; todavía somos un país supremamente desigual, con brechas no solamente entre los ricos y los pobres, sino entre las regiones. Hay regiones que son mucho más ricas y otras regiones que son mucho más pobres. Pero estamos en la tendencia correcta.

Pero eso es posible lograrlo solamente cuando hay coordinación entre los gobiernos locales, los gobiernos departamentales, Gobierno Nacional.

Por supuesto que se generan fricciones.

Antecitos de irme para Washington, estuve en Pasto en el departamento de don Raúl Delgado (Gobernador de Nariño), en una reunión con los alcaldes de las ciudades capitales.

¿Y qué me pedían ellos? Me pedían que en el reparto de las regalías no les diéramos tanto a las gobernaciones sino que les diéramos a las ciudades capitales, porque en las ciudades capitales está la mayor cantidad de gente posible. Y al fin y al cabo de lo que se trata es de beneficiar a la mayor cantidad de gente posible.

Ese tipo de fricciones son normales, de eso se trata la política. Y ahí es cuando los gobernantes tenemos que interceder, encontrar soluciones a través del diálogo, aumentar el diálogo y no la confrontación, y buscar el que sea el mejor de los mundos para todo el mundo.

Y en esto de la descentralización ahí estamos en ese ejercicio, que yo creo que hemos avanzado mucho, pero tenemos que seguir avanzando mucho más, porque repito, como norma general, entre más se descentralice más se acerca el Gobierno al ciudadano y mejor y más fortalecida se verá nuestra democracia y nuestra economía.

Y no lo digo yo; lo dicen todos los analistas a nivel internacional. Es algo que tenemos que seguir aprovechando para traducir todo eso en mayor bienestar para nuestros compatriotas, porque de eso se trata el arte de gobernar”.

 

 

Clinton, Blair, González y Cardoso en Cartagena

 

El lunes pasado el presidente Santos anunció el relanzamiento de la Tercera Vía, en el contexto de la Cumbre que llevará el mismo nombre y que se celebrará el próximo 1 de julio en la ciudad de Cartagena de Indias, con la presencia de cinco exmandatarios del hemisferio.

“Vamos a realizar una Cumbre de la ‘Tercera Vía’ aquí en Colombia, Están invitados cinco mandatarios que han tenido en su país un gran éxito en la generación de prosperidad y en la aplicación de los principios de la Tercera Vía, que son los principios que yo estoy aplicando aquí en Colombia”, afirmó el Presidente.

“Vamos en cierta forma a relanzar esa Tercera Vía, porque creemos que en este momento de la historia del mundo esos son los principios que nos van a facilitar reencontrar un norte, un rumbo y lo estamos viendo en muchos frentes, tanto en Europa, como aquí en América Latina, inclusive en el Asia”, explicó.

A la cumbre asistirán el expresidente norteamericano Bill Clinton, el ex Primer Ministro británico Tony Blair y el exmandatario español Felipe González; así mismo, participarán de la Cumbre el expresidente de Chile, Ricardo Lagos y el exmandatario brasilero Fernando Henrique Cardoso.

 

¿Qué es la Tercera Vía?

 

Según el presidente Santos, en un discurso en abril de 2011 en Barranquilla, la Tercera Vía es una concepción sobre el papel del Estado en la sociedad que toma lo mejor y busca un camino intermedio –pragmático, si se quiere– entre las dos corrientes que han dominado el mundo en el siglo XX:

La del liberalismo clásico -luego reeditado por algunos como neoliberalismo- que propendía por una libertad económica y del individuo en un sistema basado casi que exclusivamente en la propiedad privada.

Y la del estatismo o intervencionismo, que defiende la propiedad y el control de los medios de producción por parte del Estado, y la absoluta preponderancia de los derechos colectivos sobre los particulares.

La Tercera Vía no considera al Estado y al sector privado como actores antagónicos, como excluyentes sino que los ve como aliados ideales, que pueden ayudarse mutuamente para lograr una meta final, a la que desde entonces yo he llamado la Prosperidad Social.

La Tercera Vía es esencialmente pragmática pero esto no significa que no tenga principios, y principios sólidos.

Por el contrario, tal como lo plantea Tony Blair en su escrito, hay cuatro valores esenciales, que fijan su norte: el reparto equitativo de la pobreza, la igualdad de oportunidades, la responsabilidad y la solidaridad.

Y cuando digo el reparto equitativo de la pobreza, es la pobreza y por supuesto también la riqueza.

Si estos valores eran necesarios para la Inglaterra en ese período de los noventas, a finales del siglo pasado, ¡qué decir para Colombia en el día de hoy que, a pesar de los avances, hoy mantenemos, como lo recordaba Gustavo Mutis, unas tasas de inequidad que son vergonzantes. Somos uno de los países más inequitativos del mundo.

Y he dicho que en 12 años las cosas han cambiado mucho. Pero por fortuna, en Colombia, han cambiado para bien”.