Todas las piezas que se unen en la Cumbre de las Américas hacen parte de una misma sinfonía: La Sinfonía de la Paz.

Santos ha decidido apostarle su vida al proyecto de paz en Colombia. El primer paso que dio en este propósito, contrariando sus propia postura del pasado y llevándole la contraria a su mentor y elector, Alvaro Uribe, fue recomponer las relaciones con los países vecinos Venezuela y Ecuador, considerados por muchos aliados de las Farc.

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Reuniones permanentes. No en vano ha dedicado buena parte de su gobierno a reuniones permanentes con Hugo Chávez, contando con la ayuda de los ex presidentes Gaviria, Samper y Pastrana,  (cada uno por su lado). Con los dos liberales lo acerca el tema de la droga. Y con Pastrana las conversaciones con las Farc. Cuenta, además, con no pocos aliados internacionales para poner como debate central la legalización de la drogas.

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Preguntas. 1) ¿Qué hay detrás de la legalización de las dogas?  2) ¿Cuáles serán sus efectos inmediatos en el conflicto colombiano? 3) ¿Qué papel juega la inserción de Cuba en el sistema democrático americano? 4) ¿Cuál fue la verdadera razón de la visita de Santos a La Habana? 5) ¿Por qué Santos declara que está dispuesto a hacer la paz sin intermediarios?

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Legítimos intermediarios. ¿No será más bien que los más posibles y legítimos intermediarios en un eventual proceso de paz (Chávez y los hermanos Castro) ya están sentados a la mesa, en su calidad de “mejores amigos” de Santos y ya no de intermediarios en el propósito de convertir a las Farc en una fuerza política, dejando de ser una fuerza bélica en Colombia y de paso vincular a la comunidad internacional, en cabeza de Obama, como el principal poder del mundo, a un proceso de paz que por décadas nos ha sido esquivo?

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Colofón. Una carambola a tres bandas está a punto de tacar Santos en la Cumbre cartagenera si consigue meter a USA en el debate por la legalización y además si se aprueba invitar a Cuba y Cuba acepta reintegrarse a la OEA.

Todo lo anterior para significar la penetración del narcotráfico en países como Brasil, que pasó a ser el primer consumidor, por encima de Estados Unidos; Méjico, que libra una batalla contra el narcotráfico que incluye el ejército en sus calles; Venezuela, con parte de su generalato comprometido en el negocio del narcotráfico y convertido en santuario de la comandancia narcoterrorista y con Perú como primer productor de hoja de coca, por encima de Colombia.

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Cartel de las armas. Se completa el cuadro con el mercado de las armas que denunció Andres Hoppenheimer, en El Colombiano, en donde señala a Estados Unidos como el “Cartel de las armas” (Asociación Nacional del Rifle), negocio que se alimenta de los conflictos en Latino América.

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Agenda paralela. La Cumbre de Cartagena pedirá la inclusión de Cuba; el reconocimiento de la soberanía argentina sobre Las Malvinas y la salida al mar para Bolivia, tema propuesto por Santos, convirtiendo a los gobernantes en vitrina mediática del evento, en cuyo trasfondo estarán los 562 empresarios más importantes del hemisferio.