El zar de las finanzas replica a los críticos de la iniciativa y advierte que el proyecto está bien encaminado. Cambio de impuestos al empleo por impuesto a las utilidades, la columna vertebral
No han sido nada fáciles para el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, las últimas semanas. Ha trasnochado y madrugado a más no poder, la mayoría de las veces junto al director de la DIAN, Ricardo Ortega. Y no es para menos: bajo su batuta se encuentra la responsabilidad de sacar avante el que es, sin duda, el proyecto más importante de la legislatura: la reforma tributaria.
La iniciativa, que llegó tarde al Congreso, duró varias semanas bajo difícil discusión en las comisiones terceras conjuntas y sólo a comienzos de diciembre pasó a consideración de las respectivas plenarias, en donde los debates han sido aún más complicados.
Tras múltiples reuniones con los ponentes, en un momento dado se pensó que la iniciativa podría hundirse y le tocó, entonces, al presidente Santos ponerse al frente. El Jefe de Estado, flanqueado por Cárdenas y todo el gabinete, se reunió esta semana con la mayoría de las bancadas gobiernistas, sobre todo de la Cámara, y de allí si bien salió la decisión de los congresistas de salvar la reforma, quedó evidenciado que la discusión se haría artículo por artículo y que por ningún motivo habría pupitrazo.
Cárdenas volvió a la ofensiva en las plenarias y tuvo que explicar y replicar durante largas horas el jueves las dudas y críticas de múltiples sectores, en tanto el fantasma de los “micos” empezó a asomar. Al cierre de ese día quedó claro que habría necesidad de acudir a las sesiones extras y fue así como el viernes salió el respectivo decreto.
Aunque con la votación de los primeros 105 artículos en la plenaria del Senado el panorama empezó a cambiar, la situación en la Cámara seguía estancada por un alud de impedimentos de los Representantes. Así, todo quedó para retomarse este lunes pero nadie sabe cómo terminarán los debates y si la integralidad de articulado podrá mantenerse, pues hay un cúmulo de proposiciones que están siendo estudiadas este fin de semana y otras tantas por aparecer.
EL NUEVO SIGLOhabló con Cárdenas al cierre de los debates el viernes y, cual escudero, el Ministro insiste en defender las bondades de la reforma y desmentir la satanización de sus alcances.
Se aprobará
EL NUEVO SIGLO:- Al cierre de las sesiones ordinarias y ad portas de las extraordinarias, la pregunta es obvia: ¿Cómo avanza el análisis de la reforma tributaria?
MAURICIO CARDENAS:- Termina la semana con buenos avances, porque en particular se logró que el trámite ya comenzara de forma muy definitiva. Calculo que esta semana que se inicia estaremos terminando. El viernes se aprobaron 105 artículos en el Senado y también se votó favorablemente el informe de ponencia. No se alcanzó a entrar en la votación en Cámara porque se siguen tramitando unos impedimentos y esto ha tomado bastante tiempo, ya que los tienen que ir votando de 8 en ocho, y había más de 140.
Son impedimentos que no tienen lógica, pero a los congresistas les parece adecuado y prefieren dejar esas constancias. Son impedimentos, por ejemplo, en torno a que algunos de ellos tienen cuentas IFC (de fomentos a la construcción) o cotizan pensiones voluntarias. La Corte Constitucional ha establecido de manera muy contundente que cuando el congresista legisla en estos temas de interés general, no tiene por qué declararse impedido. Es decir, reducir la tarifa del IVA beneficia la ciudadanía en su conjunto y no a un parlamentario en particular. Y lo mismo se puede decir de cualquier norma en materia de reforma tributaria, porque son de impacto general sobre la población y no sobre un individuo en específico. Pero a pesar de ello se han declarado impedidos para esos temas, y la plenaria sistemáticamente los rechaza, pero eso toma tiempo.
ENS:- ¿Cuáles son los puntos que han generado más polémica?
MC:-La reforma tiene tres ejes fundamentales. El primero es el relacionado con el incremento del impuesto de renta para las personas naturales, especialmente para los que tienen ingresos superiores a los 10 millones de pesos al mes, que es un grupo pequeño de la población. Aproximadamente 130 mil personas están en esa categoría, de los 23 millones de trabajadores en Colombia. Francamente en ese capítulo no hay gran resistencia. Este grupo de colombianos no ha expresado oposición, porque creo que hay conciencia de que se necesita aumentar un poco la tributación.
El segundo eje de la reforma es quizás el más polémico de todos ya que es el relacionado con la sustitución de los impuestos al empleo, por el impuesto a las utilidades. Allí lo que estamos proponiendo es eliminar una parte importante al impuesto al empleo, que hoy es del 29,5 por ciento. Eliminaríamos prácticamente la mitad de esos impuestos al empleo. Un 13 y medio por ciento, esa es la parte que se elimina y se sustituye por un impuesto al capital, que es el impuesto a las utilidades, que lo hemos llamado CREE. Le pusimos así porque sabíamos desde el principio que esa sustitución del impuesto al empleo por uno al capital iba a generar escepticismo, preocupación, incredulidad. Y por eso queremos generar confianza con el nombre de CREE, porque el Sena y el ICBF se han acostumbrado a depender del impuesto al empleo y pasar a cambiar la concepción que ha existido por décadas, seguramente genera preocupación, inquietud, nerviosismo. Por eso le pusimos así, para que nos crean que esta es una reforma positiva, porque es mejor financiar la política social con un impuesto al capital, con impuestos a las utilidades, que cobrándole impuestos a las empresas que genera empleo. Muchas veces las empresas que generan empleo no son las que generan utilidades.
ENS:- ¿Qué ejemplo tiene de ello?
MC:-Se lo ilustro con un ejemplo: el sector minero energético contribuye con el 8 por ciento de los aportes al ICBF y al SENA, y al sustituir ese financiamiento por un impuesto basado en las utilidades, contribuirá con el 30 por ciento. Entonces eso es más equitativo: que sean los sectores donde están las utilidades los que hacen estos aportes y no los sectores donde está el empleo, porque son sectores que necesitan más apoyos, más estímulos de los que hay. No tiene sentido gravar el empleo para financiar la política social, tiene mucho más equidad gravar las utilidades.
Se van a gravar más las utilidades de las empresas. En primer lugar, la reforma va a gravar más a los colombianos que tienen ingresos altos, más de 10 millones de pesos.
¿Y el IVA?
ENS:- ¿Cómo avanza lo relativo al Impuesto al Valor Agregado (IVA)?
MC:-En el caso particular del IVA se consolida el sistema que hoy en día está en 7 tarifas y se reducen a tres, una tarifa del cero, una del 5 y otra del 16. Algunos productos suben del 10 al 16, por ejemplo, los servicios de las hotelerías, pero la gran mayoría de insumos del sector agropecuario bajan de tarifas del 16 al 5. Es decir, la agricultura es una gran ganadora, porque no va a quedar afectado un gran rubro del sector agropecuario, como lo son las semillas, los abonos, los fertilizantes… Incluso los machetes, que tenían tarifas del 16, bajan al 5. Otro servicio que baja del 10 al cinco es el de medicina prepagada. Este es un alivio para millones de familias.
De manera que, en términos generales, lo que hace la reforma es reducir tarifas de la canasta familiar y de insumos del sector agropecuario. También baja el IVA para los restaurantes, hoy es del 16 y se crea un tributo del 8 por ciento al consumo. Es decir en materia de IVA, la tarifa promedio que había en el país baja.
ENS:- ¿Y lo que alega el sector turístico en torno a una grave afectación?
MC:-El turismo tiene una tarifa que hoy es del 10 pero debe nivelarse con los demás servicios de la sociedad y de la economía. El turismo no es una actividad de primera necesidad, y el sector del turismo ya está con un gran beneficio en nuestro país puesto que no tiene el impuesto de renta. Consideramos que es un sector que ya tiene una situación ventajosa, y no es necesario darle un estímulo adicional cobrando un IVA equivalente al de la medicina prepagada. No puede hablarse de que la medicina prepagada y la hotelería estén en la misma categoría, por el contrario los servicios del turismo y la hotelería, que son los sectores con mayores recursos, deberían tributar el 16 por ciento.
Los críticos
ENS:- ¿Quiénes son los enemigos de la reforma?
MC:- Una reforma tributaria por definición es polémica; cambia el estado de las cosas y la gente está acostumbrada a un esquema, a una estructura tributaria. Los cambios son difíciles de aceptar y generan rechazo y resistencia.
Pero esta reforma bien explicada, con buena pedagogía, trasmitiendo el mensaje con sencillez, es una reforma que pasa cualquier test, porque aquí el hilo conductor ha sido generar equidad y generar empleo. Todo lo que está en la reforma está orientado a eso, a que Colombia no tenga tantas brechas sociales y que resolvamos una situación que es insostenible. Por ejemplo, que dos de cada tres trabajadores laboren en sector informal, eso lo tenemos que arreglar. No se busca aumentar el recaudo. Tenemos una gran oportunidad, donde la situación fiscal no es apremiante y nos permite pensar de fondo en materia tributaria. Por eso se tiene esta oportunidad histórica de hacer este cambio.
ENS:- ¿Se siente tranquilo con las sesiones extras?
MC:-Sin duda porque el país sobre el tema de reformas lo último que quiere es que tomen determinaciones apresuradas. Esta reforma ya ha tenido mucho debate, pero así como se ha trabajado bien, hay que terminarla bien. Por eso el haber citado a extras quitó presión al sentimiento que había de que esto se quería hacer de manera atropellada.
ENS:-¿Cómo llamaría usted a la reforma?
MC:-Sencillamente una reforma por la equidad y el empleo. Se toca el tema sobre lo malo que ha resultado para el empleo los impuestos que gravan la nómina, y se toca el tema de la mala estructura del IVA. Esta es una reforma en una dirección correcta. Tenemos que quitar el freno de mano para la generación de empleo, como lo son los impuestos.,
ENS:- ¿Habrá pupitrazo?
MC:- No, para nada, porque aquí ha existido mucho debate. No se puede confundir aprobar en bloque con pupitrear.