El lunes, en un amplio salón de un hotel del norte de Bogotá, se adelantó un foro cuyo tema central giraba alrededor del manejo de las relaciones exteriores de Colombia en el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, de un lado, y ahora, en el régimen del presidente Juan Manuel Santos. Hubo un momento clave en este encuentro al que asistían, entre otras personas, las columnistas Laura Gil y Salud Hernández, el ex ministro de Defensa Camilo Ospina Bernal, el ex vice ministro Rafael Nieto Loaiza y el ex presidente Uribe, como invitado principal.
Tardío arrepentimiento. Decimos que hubo un momento clave en el que se discutió el tema de los falsos positivos y las medidas que el Gobierno pasado tomó para frenarlos.
Se preciaba el ex presidente de haber tomado acciones fuertes como la sorpresiva destitución de los 27 militares el 29 de octubre de 2008 que redujeron las denuncias y los casos de falsos positivos de manera significativa, según advertía el propio ex mandatario. Al mismo tiempo, su ex ministro Ospina decía textualmente que “con dolor, tuvimos que darles la espalda a las Fuerzas Militares, al cambiar la competencia de la Justicia Penal Militar a la Justicia Ordinaria”.
Una intervención memorable. El ex presidente Uribe no tuvo mucho que decir, salvo que su medida fue de carácter administrativo y que nunca fue su intención la de señalarlos penalmente.
Sin embargo, sobre el efecto creado tras esa decisión, hubo poco realmente que refutar de la parte ex presidencial a la tesis coherente, valiente y rigurosa de Rafael Nieto, que es la misma que en esta tribuna periodística hemos sostenido desde el primer día, cuando le contamos al país que el actual embajador en Viena, Austria, general Freddy Padilla De León, en compañía del Fiscal de entonces Mario Iguarán Arana, hoy en la diplomacia en Egipto, y Camilo Ospina acabaron con la moral de la tropa.
Muy sorprendida la concurrencia. Entre la nutrida asistencia hubo mucha gente que coincidió en que esta fue una discusión franca y refrescante, de gran nivel, que pocos esperábamos ver y oír con la altura de los argumentos de Rafael Nieto Loaiza y cuando se los enrostró, sin rodeos, al mismo ex presidente Uribe y al ex ministro Ospina, demostró que en estos casos es mejor ponerse colorado un ratico y no quedarse pálido para toda la vida.
Reacciones. El barquero supo que la postura del jurista Nieto Loaiza fue recibida en las Fuerzas Militares en un ámbito de franco optimismo, porque al fin alguien les puso los puntos sobre las íes a quienes arruinaron moralmente a la institución uniformada.
El ex ministro Fernando Londoño Hoyos, desde su púlpito radial, celebró la erguida actitud asumida por su ex viceministro del Interior. Y recordó que nunca, en la historia republicana, se había dado semejante demostración de carácter. Ojalá sirva de ejemplo a las futuras generaciones.