Si bien algunas encuestas han demostrado que la candidatura del Centro Democrático de Oscar Iván Zuluaga está por encima de la de la convención nacional conservadora en cabeza de Marta Lucía Ramírez, la tendencia podría sería a empatar y neutralizarse, repartiéndose en partes iguales el mismo espacio electoral, sin mayor ascenso.
Por lo pronto, de lo que puede inferirse en la gran encuesta de Semana y RCN, es que entre ambos, Zuluaga y Ramírez, de origen conservador uribista y con coqueteos de coalición, tendrían entre el 10 y el 14%, contando el margen de error hacia abajo o hacia arriba. Cada uno por aparte, como se dijo, se distribuiría proporcionalmente el sube y baja de la intención de voto.
La candidatura de Óscar Iván Zuluaga nació en una controvertida convención del Centro Democrático, donde uno de los rivales, el exvicepresidente Francisco Santos, se sintió lesionado luego de que, primero, modificaran las reglas del juego de la consulta popular establecida a cambio de esa convención y, posteriormente, se mantuvieran dudas sobre los procedimientos de votación, anunciados una semana después del evento, aunque la asamblea no fue impugnada ante las instancias electorales pertinentes.
De entonces a hoy, Zuluaga se ha mantenido entre el 7 y el 10 por ciento de las preferencias electorales, no sin problemas internos. Uno de ellos, precisamente, que el sector perdedor de la convención no se ha encontrado a gusto en la campaña y no ha participado de los cuadros directivos ni de la jefatura de debate de la misma. Inclusive, alcanzó a presentarse un duro rifirrafe entre el candidato Zuluaga, quien pidió la renuncia del aspirante al Senado, José Obdulio Gaviria, pero el jefe del Centro Democrático, el expresidente Álvaro Uribe, logró aplazar la discordia, aunque a cada tanto asome. Precisamente ese sector en el que milita y es uno de los voceros Gaviria, parecería sentirse mejor en una coalición con Ramírez. De hecho, sectores conservadores que tienen vínculos con las listas del Centro Democrático, como el exministro Fernando Araújo o el director de Fedegán, José Félix Lafaurie, podrían servir de canal para los acercamientos.
En tanto la candidatura de Marta Lucía Ramírez, que ha tenido algo de la tradicional “espuma” de los lanzamientos en convenciones, como ocurrió en su momento con Zuluaga, tiene actividades en dos flancos. Una, el nombramiento de cinco abogados, entre esos el expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Jaime Arrubla, para defenderse ante la impugnación en la que los parlamentarios conservadores solicitan suspender, al inmediato plazo, los alcances de la convención nacional partidaria por cuanto tres de los cuatro miembros del comité de garantías renunciaron en vista de que no habían dejado participar, ni deliberar a los sectores conservadores que pedían candidato de coalición, acorde con los estatutos. Del comité sólo quedó el exministro Fernando Araújo, sin que hasta el momento se conozcan las actas consolidadas de la convención. Como se sabe, ninguna asamblea política es legítima mientras que no conste la firma de todos o la mayoría de los miembros del comité de garantías.
De otro lado, Ramírez ha debido insistir en que por lo pronto no habrá coalición con el Centro Democrático y recibió el aval del presidente del Directorio Nacional Conservador, Omar Yepes, en una ceremonia sin las solemnidades que suelen producirse al efecto. Con la división conservadora, similar pero más honda a la acontecida en el interior del uribismo por los alegatos de falta de garantías, intentará despegar su campaña.
En ambos casos, la fórmula vicepresidencial será señal de la ruta que tanto Zuluaga como Ramírez van a seguir. En una contienda casi netamente bogotana, donde, en efecto los candidatos Juan Manuel Santos, Enrique Peñalosa, Clara López, Marta Lucía Ramírez y Aida Abella son capitalinos, el único que no tiene este origen es Oscar Iván Zuluaga. De este modo, puede afianzar su fórmula con algún vicepresidente representativo de las regiones nacionales, en lo que podrían entrar a participar mujeres como Cecilia María Vélez, descartadas para Consuelo Araújo y Alicia Arango, o también podría ser el propio jefe de debate, Carlos Holmes Trujillo, exprecandidato del Centro Democrático. El caso es que no parece que Zuluaga vaya a escoger un capitalino, sino que eventualmente seleccionaría un o una uribista de los llamados “pura sangre” de las regiones colombianas, salvo que decida apostarle a una capitalina como la excanciller Carolina Barco Isackson.
Por su parte, Marta Lucía Ramírez viene realizando contactos, bien para afianzar el origen netamente conservador de su fórmula o para enviar un mensaje de coalición al uribismo, como en los casos de los mismos Araújo o Lafaurie. En el primer caso podría contemplar un antioqueño como el mismo Jaime Arrubla o figuras similares que no tengan resistencia en ninguno de los sectores. De hecho, el presidente del Directorio, Yepes, ha dicho que la fórmula no debe sorprenderlos y debe ser consultada con la corporación.
Otra posibilidad, visto la tendencia hacia el empate, estaría en un tiquete entre Zuluaga y Ramírez. El grave problema consiste en establecer quién prima sobre el otro, estando además de por medio elementos estatutarios ilegales. El retiro de Zuluaga por parte del expresidente Uribe, quien ha sido su gran mentor, sería el reconocimiento del fracaso de la propia convención del Centro Democrático y la razón para quienes al interior han intentado quitarle piso a la candidatura del exministro de Hacienda. El retiro de Ramírez, sin que se haya siquiera manifestado el Consejo Nacional Electoral sobre la falta de garantías en la convención nacional conservadora, sería igualmente el reconocimiento de ese acto fallido. De este modo, la preminencia por los 12 o 14 puntos porcentuales que entre los dos podrían sumar, sigue siendo un albur cuya evidencia parecería ser la de mantenerse con las dos alternativas dentro del mismo circuito.