La plenaria de la Cámara de Representantes aprobó en último debate el proyecto que pretende sancionar el primer grado de embriaguez con multa monetaria y suspensión de la licencia a quien se niegue a practicarse la prueba de alcoholemia.
“Cuando sea requerido un conductor para hacerse la prueba de alcoholemia y se niegue se aplica una sanción que consiste en que su licencia se puede suspender entre 5 y 10 años y además pueden proceder las multas que en su momento se establezcan” afirmó Juan Lozano, promotor de la iniciativa.
Así mismo, Lozano aseguró que este proyecto llena un vacío existente en el Código Nacional de Tránsito al declarar que “suplimos el vacío y ya avanzamos hacia una cultura de cero tolerancia en la mezcla de alcohol y conducción”, sostuvo.