LAS SAUDÍES están entusiasmadas con sacarse el permiso de conducir cuando en junio se levante la prohibición impuesta a las mujeres, pero algunas quieren ir más allá y trabajar como taxistas en este reino ultraconservador.
El 26 de septiembre, el rey Salman autorizó que las mujeres puedan conducir, una decisión histórica con grandes repercusiones en el mundo laboral.
Careem, una empresa de coches con conductor comparable a Uber, lo ve como una oportunidad lucrativa y prevé contratar a 100.000 conductoras en este reino en el que está vigente la segregación de sexos y las mujeres son reticentes a viajar en coches con hombres al volante.
Esta semana, la AFP ha asistido a la primera sesión de reclutamiento de esta empresa en la ciudad de Jobar (este), que ya ha atraído a un grupo de mujeres con un permiso de conducir extranjero.
"Durante años, me he sentido impotente. Mi coche estaba estacionado fuera y yo no podía conducirlo", dice mientras toma un café Nawal al Jabar, una mujer de 50 años con tres hijos.
Las mujeres estallan en aplausos al ver en una pantalla las imágenes del decreto real del 26 de septiembre. "Tuve la impresión de que nos despertábamos en una nueva Arabia Saudita", afirma Jabar. "Fue un momento importante".
'Independencia financiera'
Al lado de la pantalla, un monitor detalla el funcionamiento de la aplicación móvil de la empresa, que añadirá en junio el icono "Captinah" (femenino de capitán en árabe) para que las clientas puedan elegir a una mujer taxista.
Según Murtadha Alalawi, portavoz de Careem, una treintena de mujeres se han inscrito en esta sesión.
Muchas de ellas no llegan acompañadas de hombres, algo inusual en un país donde los varones pueden tomar decisiones en nombre de ellas.
"Es una etapa importante para las mujeres", declara Sarah Algwaiz, directora del programa femenino de Careem, refiriéndose a la reforma.
"Para las mujeres, conducir su propio coche es sinónimo de autonomía, de movilidad y de independencia financiera", dice.
Arabia Saudita era hasta ahora el único país del mundo que prohibía conducir a las mujeres.
Durante décadas, los más recalcitrantes citaban interpretaciones de textos islámicos para justificar la prohibición. Hubo quien llegó a decir que las mujeres "no eran suficientemente inteligentes" para conducir.
"La sociedad define a las mujeres como fuertes o débiles según le convenga", afirma Jabar. "Si se puede contar con una médica para un parto es que se puede contar con una mujer para conducir".
La reforma es obra del príncipe heredero Mohamed ben Salman, de 32 años, que quiere acabar con los tabúes y modernizar un país donde la mitad de la población tiene menos de 25 años.
El príncipe heredero apadrina el plan "Visión 2030" para reestructurar la economía, todavía demasiado dependiente del petróleo, y quiere elevar la participación de las mujeres en el mercado laboral para que pase de 22% a 30% antes de esa fecha.
¿Por qué no en Arabia?
Ser taxista profesional significará "más ingresos", declara Banain al Mustafá, de 24 años, una empleada de un laboratorio que sacó el suyo en 2015 en Estados Unidos.
"Conduje dos años y medio" y en una ocasión nueve horas sola entre Nueva York y Virginia Occidental. "Si puedo allí ¿por qué no en mi país?", se pregunta.
Las autoridades ponen énfasis en las ventajas económicas de la reforma. Las familias saudíes no necesitarán más a conductores extranjeros para el transporte de las mujeres.
La capital, Riad, se plantea traer monitores del extranjero para impartir cursos de conducción y la universidad Princesa Nora abrirá una escuela de conducción para mujeres.
Pero cada cosa a su tiempo. Las autoridades han recordado esta semana que no se puede violar la prohibición hasta junio. Una mujer acababa de ser filmada al volante de un coche cuando salía de un hotel de Riad.