De la Selección Colombia de la época del 2014, parece quedar tan solo el recuerdo, pues sumado a la incertidumbre de ver a nuestras figuras tricolor en la banca de sus respectivos clubes, recientemente se ha visto cómo la chequera china ha influenciado en el fichaje de los jugadores cafeteros, quienes son conscientes de que su marcha al fútbol asiático es prácticamente entrar a un denominado ‘triángulo de las bermudas’, donde en la mayoría de casos se salen del radar del protagonismo en nuestro país.
Para nadie es un secreto que el nivel del fútbol chino no es el mejor y lo que se ve en occidente en cuanto a los duelos en Asia es nulo, por ello preocupa que casos como el de Fredy Guarín o Jackson Martínez, quienes fueron incluidos en las últimas convocatorias de Pekerman, en cierta manera sean desperdiciados por el peso que tienen los negocios en el fútbol, que en últimas es por lo que cualquier humano aspira.
Los clubes de fútbol chinos no han dudado en gastar el dinero de sus millonarios propietarios en reforzarse en el mercado invernal para contentar la ambición del presidente Xi Jinping de convertir al gigante asiático en una potencia futbolística.
En el último día del mercado de invierno europeo, los clubes chinos de las dos primeras categorías del país han gastado en total más de 200 millones de euros en traspasos de futbolistas, según el portal especializado transfermarkt.com, lo que supone un incremento del 60% respecto al año pasado.
Pero los propietarios, según sus detractores, están más interesados en recibir favores políticos que en lo puramente futbolístico. Las exorbitantes cifras pagadas para hacerse con los servicios de jugadores que rondan la treintena han sorprendido a los observadores.
Esta fiebre por adquirir futbolistas a precio de oro está motivada por la comisión del Partido Comunista dirigido por Xi Jinping, aficionado confeso del fútbol, quien proclamó que revitalizar el fútbol "es una obligación para convertir a China en una potencia deportiva en el marco del sueño chino".
Guangzhou rompió el mercado con Jackson
El Atlético de Madrid traspasó al delantero colombiano Jackson Martínez por 42 millones de euros (46 millones de dólares) al Guangzhou Evergrande, lo que supone un nuevo récord en el fútbol chino, informó ayer el actual campeón asiático.
Jackson, de 29 años, firmó por cuatro temporadas con Guanzhou Evergrande. "Para mí ha sido un honor formar parte de este club, pero creo que ha llegado el momento de iniciar otra etapa en mi carrera. Hemos hablado mucho estos últimos días y estamos de acuerdo en que es lo mejor para todos", afirmó el delantero colombiano citado en la página del Atlético.
Jackson había llegado al Atlético de Madrid el verano boreal pasado procedente del Oporto portugués por 35 millones de euros para ocupar el puesto de Mario Mandzukic, traspasado a la Juventus, pero no ha cumplido con las expectativas del club.
En el Oporto, donde estuvo de 2012 a 2015, Martínez había anotado la impresionante cifra de 92 goles en 133 partidos, pero en el club colchonero tuvo un desempeño decepcionante, con apenas tres goles en 22 partidos.
El delantero no acabó de encontrar su mejor forma durante este medio año en España, a lo que tampoco ayudó su casi mes y medio de baja tras sufrir un esguince de tobillo durante un partido clasificatorio para el Mundial de Rusia-2018 entre Colombia y Chile (1-1) en noviembre.
El técnico del Atlético, Diego Simeone, se mostró siempre paciente, convencido de que acabaría por aparecer el letal delantero, pero en los dos últimos encuentros ya no contó con él, situación similar que ocurría con el chocoano por parte de Pekerman.
El pase de Martínez pulveriza el récord en China que detentaba desde hacía apenas una semana el club Jiangsu Suning, que había pagado al Chelsea de Inglaterra 28 millones de euros por el volante brasileño Ramires. El nuevo equipo de Martínez es actual campeón de la Liga de Campeones de Asia y logró su quinto título nacional consecutivo.
Pero últimamente los clubes están comprando jugadores más jóvenes, más cerca de los veinte años que de los treinta, como el también colombiano Freddy Guarín, el marfileño Gervinho o el capitán de la selección de Camerún Stéphane Mbia.
El caso de Guarín, quien procedió del Inter de Milán, un gran equipo europeo al club Shanghái Greenland Shenhua, también fue algo sorpresivo, pues el boyacense, quien tuvo la responsabilidad de llevar la capitanía de la Selección Colombia, ahora es duda para ser incluido en la nómina que retomará las eliminatorias a partir de marzo.
Así las cosas, Martínez y Guarín se suman a jugadores como Carmelo Valencia, Giovanni Moreno y Fredy Montero, quienes hacen lo suyo en el fútbol asiático, pero sencillamente no representan mayor valor para ser convocados a una Selección, tal y como lo era Mauricio Molina, quien aunque vistió la amarilla, estuvo fuera del radar nacional por 5 años, mientras jugó en Korea y que ahora está de regreso en el Medellín, donde por ende espera volver a retumbar.