Una revuelta en ciernes hay en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por cuenta del apoyo de la dirigencia de la colectividad a la monarquía ibérica.

Tras la abdicación de Juan Carlos de Borbón, la Ejecutiva Federal del PSOE debatía el procedimiento de consulta con el que los militantes elegirán al futuro secretario general.

Ante Alfredo Pérez Rubalcaba y toda la dirección, el secretario general de Juventudes Socialistas, Nino Torre, pidió la palabra y reclamó que el PSOE promueva “un referéndum no vinculante para conocer la opinión de los españoles sobre la forma de Estado: si quieren continuar con la Monarquía o si prefieren la III República”.

La secretaria general de los socialistas de Baleares, Francina Armengol, también habló y abogó por que los socialistas "busquen fórmulas para que los ciudadanos decidan sobre la forma de Estado" en el nuevo tiempo que se abre tras la abdicación, según fuentes del órgano.

Armengol se declara "republicana" y ve en este debate una "oportunidad" para recuperar apoyos. "Veo una oportunidad para el país", dijo.

Pérez les respondió a los dos y trató de zanjar el debate, asegurando "comprender" a los jóvenes, pero pidiendo a toda la dirección y a todo el partido apoyar a la monarquía "por responsabilidad" y para "garantizar la estabilidad".

Tratando de poner orden, Pérez aseguró que "el PSOE no va a romper el pacto constitucional alcanzado en la Transición", del que se mostró "orgulloso".

El debate no es nuevo, pero resurge tras la abdicación y ante el vacío de poder en la dirección del principal partido de la oposición. Casi todos los socialistas responden que tienen "alma republicana". Y algunos dirigentes entienden que no pueden dar la espalda a sus bases en un momento de gran desafección. "Muchas de las personas que llenan las plazas pidiendo la república son militantes o votantes nuestros", le aseguró un barón socialista al diario madrileño El Mundo.