La marcha de la discordia | El Nuevo Siglo
Domingo, 14 de Abril de 2013

Por Néstor Rosanía *

Especial para EL NUEVO SIGLO

 

La marcha

 

El pasado 9 de abril, Día de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia, se desarrolló la marcha por la paz, o por lo menos eso se dijo en un comienzo. Las anteriores marchas que se han desarrollado en el país se han caracterizado por tener un mensaje claro, unos organizadores visibles y un segmento de la población que apoya y participa activamente de la concentración, y un grupo claro que se opone y la critica.

En la historia reciente del país no se había presentado una concentración política tan contradictoria en sí misma, una marcha tan disímil y enfrentada en su interior, y no porque los participantes fueran de diferentes vertientes políticas, que sí se ha visto, sino que en la misma concentración diferentes actores políticos marcharan al mismo tiempo por mensajes completamente contrarios.

 

Las 3 marchas

 

En Bogotá se presentaron tres marchas muy marcadas. La primera era liderada por el presidente Juan Manuel Santos, quien dio inicio a esta concentración con una ceremonia militar en el monumento de los Héroes Caídos frente al Ministerio de Defensa Nacional. En esta marcha estaban presentes los ministros y los funcionarios de diferentes entidades a nivel nacional.

La segunda marcha era liderada por el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien la lideró desde el Centro de Memoria Histórica hasta la Plaza de Bolívar.

Y por último, la tercera marcha se dirigía por la carrera Séptima, donde el componente más fuerte lo llevaba el movimiento Marcha Patriótica, en el cual estaban organizaciones sociales de toda índole, indígenas del Cauca, estudiantes del Chocó, mineros artesanales del Bajo Atrato, maestros, estudiantes, víctimas de Estado y del paramilitarismo, entre muchos otros.

 

Los mensajes

 

Los mensajes en esta marcha fueron lo que la hicieron especial. El primer mensaje en la marcha fue el que dio el Presidente de la República en la ceremonia militar que se adelantó en el monumento a los Héroes Caídos. Aquí Santos manifestó su total respaldo a las Fuerzas Militares, les envió un parte de tranquilidad y aseguró que la paz no era una derrota sino que, por el contario, si se hablaba de paz era gracias al éxito del trabajo de la Fuerza Pública, que permitió que las Farc se sentaran a hablar de paz con este Gobierno. El mensaje del Ejecutivo en esta marcha fue claro “es necesario apoyar la paz, y apoyar el proceso de paz que se adelanta en Cuba”.

El segundo mensaje lo dio el alcalde Petro, quien manifestó que la marcha se adelantaba para respaldar el proceso de paz, pero un proceso que se debe adelantar no a cualquier precio, un proceso de paz con “justicia social”. El Alcalde resaltó la importancia de incluir a las víctimas del conflicto y de crear una paz donde se resuelvan las causas que dieron inicio al conflicto. Recalcó que una paz sin justicia social sería simplemente una prolongación del conflicto.

El tercer mensaje que se escuchó en esta marcha fue el liderado por el movimiento Marcha Patriótica y la ex senadora Piedad Córdoba, quien habló de una paz pero donde el Estado debe reformular políticas estructurales, como el uso y la posesión de la tierra, hablar de un cese bilateral al fuego así como de un esclarecimiento de los crímenes de Estado. Y por último, estuvo el mensaje que envió el Ministro de Defensa, donde manifestó que esta marcha era en contra del terrorismo, del secuestro, del reclutamiento de menores y de todas las actividades delictivas que adelantan las Farc.

 

Santos y Mindefensa

 

¿Cómo se podría entender que mientras Santos marcha por el proceso de paz en La Habana, su ministro de Defensa marcha, al lado suyo, en contra de las Farc?

A este hecho se le puede dar la siguiente interpretación: las posturas y declaraciones del ministro Pinzón no son arbitrarias ni una rueda suelta en medio del discurso del Gobierno. Santos busca no romper lazos con ningún sector político nacional, y sabe que las palabras de Pinzón son de buen recibo en las alas de la derecha y de las Fuerzas Militares, razón por la cual no sale a pedirle mesura. Las palabras de Pinzón son el perfecto Ying-Yang frente a las palabras del Presidente y con esta fórmula intentan dar un mensaje de un Gobierno equilibrado, que busca la paz pero que no baja la guardia.

 

El uribismo

 

Pese a las posturas firmes y duras del ministro de Defensa, el uribismo no cree en el Gobierno ni en el proceso, como tampoco en el propio Pinzón. Las críticas del uribismo no cesan: los precandidatos presidenciales, los aspirantes al tener el aval del Centro Democrático para Cámara y Senado, y las bases del uribismo en el país tomaron como su fortín político las redes sociales, en donde las críticas se mezclan con insultos de todos los calibres y todas las estigmatizaciones posibles.

Los uribistas repiten el mantra de “paz sí pero sin impunidad”. No cesan de dar reportes de todas las acciones armadas que realizan las Farc, el Eln, las Bacrim y la delincuencia común a diario en el país… Todo con el fin de crear un estado de zozobra, en donde en el imaginario colectivo queda el mensaje de que ‘el rumbo se perdió’.

Esta oposición del uribismo llevó a que se fracturara la derecha en Colombia. Hasta el año 2010 el fenómeno del uribismo tenía bajo su mando a los partidos Conservador, de La U, las alas fuertes y radicales de las Fuerzas Militares y los empresarios. Hoy el partido de La U quedó dividido en santistas y uribistas. Al Partido Conservador y los empresarios les sucedió lo mismo, y las  Fuerzas Militares tienen dos facciones, De un lado, los oficiales en retiro -representados en Acore- que desaprueban las tesis del presidente Santos y sus metodologías frente a la paz, pero no se matriculan dentro del uribismo y se declaran independientes y defensores de los intereses militares únicamente. Y de otra parte, los militares activos, en palabras del Comandante de las Fuerzas Militares, general Alejandro Navas, que no se dejan meter en las disputas de la política.

Sin lugar a dudas el país está  profundamente polarizado y dividido. El botín político ya no es la seguridad, el de hoy es la paz. El único inconveniente de hacer política con la paz es que de telón de fondo sigue el derramamiento de sangre de los colombianos.

 

* Abogado, Magíster Seguridad y Defensa, Director Centro de Estudios en Seguridad, Defensa y Asuntos Internacionales (Cesdai).  En twitter: nestor.rosania