Podría haber habido cinco excampeones en el pelotón del Tour de Francia 2014 pero al final la nómina se ha reducido a tres, en una carrera donde nadie ha revalidado oficialmente su título desde el español Miguel Indurain en 1995.
Es un ejemplo de cómo la fortuna de aquellos que alcanzan la cima del ciclismo cambia con facilidad y, en 2014, sólo el español Alberto Contador, ganador en 2007 y 2009, y el británico Chris Froome (2013) aspiran a la victoria final.
Los libros oficiales, esos que despojaron por dopaje al estadounidense Lance Armstrong de sus siete Tours consecutivos (1999-2005) y a Contador del logrado en 2010, señalan que los campeones entre 2010 y 2012 son el luxemburgués Andy Schleck (2010), el australiano Cadel Evans (2011), y el británico Bradley Wiggins (2012). Pero ninguno parece en posición de poder ganar en 2014 por diversos motivos.
El australiano y el británico no corren por decisión técnica y el estado de forma del pequeño de los hermanos Schleck hace poco probable que consiga clasificarse entre los 10 primeros de la general.
Evans (BMC), de 37 años, ya no puede competir en una ronda de tres semanas como antes.
Esta temporada prefirió el Giro (8º) a la Grande Boucle y en su defensa del título en 2012 sólo pudo terminar séptimo, cayendo a la 39ª plaza el pasado curso.
En la ronda italiana de 2014, el primer australiano en coronarse en los Campos Elíseos de París fue líder durante cuatro días pero se desfondó en los puertos de la última semana.
Wiggins (Sky), por su parte, hizo historia hace sólo dos años al convertirse en el primer británico en ganar la carrera ciclista más importante del mundo.
El año pasado no corrió la ronda gala por una lesión de rodilla pero esta temporada simplemente ha sido descartado por el Sky porque no lo consideraron en buena forma.
Pese a esa decisión técnica, Wiggins ha ganado la Vuelta a California, terminado noveno en la exigente París-Roubaix y ha sido campeón británico contrarreloj hace algunos días.
Pudo pesar más un posible enfrentamiento de egos con el vigente campeón, Froome, que está más en forma y es el máximo favorito de la prueba, con permiso de Contador.
- La prematura caída de Schleck -
En cuanto a Andy Schleck (Trek), el problema es muy distinto.
El luxemburgués fue segundo tres años seguidos, de 2009 a 2011, aunque la sanción por dopaje de Contador en 2012 le quitó al madrileño su título de 2010, el segundo consecutivo y tercero del ciclista de Pinto, y se lo concedió a Schleck en los escritorios.
En 2012, el pequeño de los hermanos luxemburgueses (su hermano Franck es su compañero de equipo) se lesionó en una caída en el Critérium Dauphine y su hermano fue sancionado un año por un control positivo.
Desde su vuelta a las carreteras, Andy y Franck han sido una sombra de lo que fueron los años precedentes.
El menor, el campeón, fue 20º en el Tour-2013, quejándose de que era duro recuperar la forma tras una lesión como la suya.
Pero la pérdida de confianza y forma sólo pueden explicar parte de lo que le ocurrió a Andy Schleck.
Su clasificación en la última Grande Boucle ha sido la mejor desde que terminó segundo en 2011 y ha sido presentado en 2014 como asistente de su hermano mayor y el veterano español Haimar Zubeldía.
No tiene motivos para quejarse ya que este curso no terminó ninguna de las clásicas de las Árdenas y acabó 29º en la Vuelta a Suiza, a más de 15 minutos del ganador, Rui Costa.
Andy tiene 29 años, la misma edad que Froome, y debería estar en lo más alto de su carrera como ciclista.
Puede ser que, al igual que Evans y Wiggins, su hora haya pasado y sea una víctima más de la maldición de los campeones del Tour.