Desde España y Francia, Gobierno y oposición volvieron a irse lanza en ristre
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Europa fue esta semana el escenario de un nuevo capítulo de la confrontación política entre el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de la oposición, el exmandatario Álvaro Uribe. Aunque las críticas y réplicas entre las partes no fueron distintas a las mismas que se cruzan a diario en Colombia, es claro que al tener como telón de fondo nada menos que a España y Francia, y con audiencias o actos de alto calado, su eco es mayor, evidenciando ante la comunidad internacional que el acuerdo de paz con las Farc ha profundizado la polarización en nuestro país y que en el exterior también existen distintas ópticas al respecto.
Tanto Santos como Uribe coincidieron -aunque en algunos corrillos políticos se dice que fue intencional lo paralelo de los viajes- en Europa en la misma semana y con agendas muy profusas, pese a que el primero es Jefe del Estado y el segundo no.
El Presidente, por ejemplo, tenía programado viajar esta semana a Portugal y Francia, pero a raíz del atentado terrorista en el Centro Andino, al norte de Bogotá, suspendió la visita a tierras lusas y sólo el miércoles partió a París. Allí, en menos de tres días cumplió una apretada agenda que incluyó reuniones con el presidente francés Emmanuel Macron, el Primer Ministro Édouard Philippe, la alcaldesa de París, la delegación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), altos funcionarios de la Unesco, empresarios, una visita a Cannes y hasta el recibimiento de un título honoris causa de La Sorbona. Temas como el desarrollo del acuerdo de paz, la financiación del posconflicto, inversión, cambio climático (ratificación del acuerdo sobre cambio climático) y cultura (por cuenta de la segunda etapa del año Colombia-Francia) centraron todas sus intervenciones.
“Viajes y agendas de ambos líderes no fueron coincidencia”
Uribe, entre tanto, cumplió una agenda también muy amplia en España, en donde participó de varios foros con periodistas, analistas políticos y sectores afines al Partido Popular y la centro-derecha ibérica. Estuvo en el Forum sobre Nueva Economía, en Madrid, y luego fue a Valencia, en donde se encontró con empresarios, periodistas, dirigentes eclesiásticos, y hasta participó de la inauguración de una cátedra universitaria sobre Tomás Moro.
De París a Madrid…
Aunque las agendas de Santos y Uribe eran en países separados, lo cierto es que fue evidente que de lado y lado se estaba atento a qué decía el uno para preparar la respectiva réplica del otro, a tal punto que en determinado momento pareció que había reacciones y contra reacciones, sobre todo en lo relacionado con el acuerdo de paz.
Santos aprovechó todos los escenarios galos para defender la negociación con las Farc, los retos del posconflicto, minimizar las dificultades en la fase de implementación normativa y logística, así como resaltar el hecho de que -como lo afirmó el viernes al término de su gira- la ONU se aprestaba a anunciar ese mismo día que las Farc habían cumplido con la dejación del "100% de sus armas", por lo que dejaban de existir como grupo guerrillero, tras más de medio siglo de conflicto armado, calificando el hecho como “histórico”.
Sin embargo, fue antes cuando el Jefe de Estado había cargado duro contra Uribe y compañía. En el marco del foro “Adiós a las armas”, realizado en el marco del Festival Internacional de Publicidad de Lions en Cannes, el Jefe de Estado había advertido que en la campaña para el plebiscito refrendatorio del acuerdo, el 2 de octubre pasado, en donde ganó el No, se usaron una serie de "estrategias maquiavélicas, que tuvieron un efecto adverso en ese resultado". Agregó que la campaña estuvo "plagada de mentiras y de mensajes distorsionados y de temor, el impulsor y el factor número uno que llevó a la gente a decirle no a la paz".
Y no se quedó ahí: apuntó directamente contra el gerente de la campaña uribista, Juan Carlos Vélez, aduciendo que este confesó que ganaron porque "simplemente dijimos mentiras". Trajo a colación las desinformaciones sobre “ideología de género" y pensiones.
También advirtió Santos que los sectores críticos del proceso continuaban desinformando para afectar la fase de implementación de los acuerdos.
En la ceremonia en donde el Mandatario y Premio Nobel de Paz fue investido con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Sorbona París 1, Santos también lanzó pullas: en Colombia hay personas, como ocurre en muchas partes del mundo, que “prefieren la venganza a la reconciliación, la retaliación al perdón, la perpetuación del pasado a la construcción del futuro, pero son cada vez más los que comprenden o comienzan a comprender que la paz y la reconciliación son los únicos cimientos posibles para cualquier sociedad que aspire a ser libre, justa y próspera”.
De Madrid a París
Como era apenas obvio, las distintas afirmaciones de Santos generaron las reacciones duras de los uribistas, que lo acusaron de mentir en los escenarios internacionales y mostrar una realidad que no corresponde a lo que verdaderamente está pasando en Colombia.
Uribe, entre tanto, fue más duro aún contra el proceso de paz. Por ejemplo, expresó fuertes dudas sobre el desarme de las Farc, no sólo criticando el bajo número del arsenal, sino indicando que se escondieron las armas muy sofisticadas y millonarios capitales.
"De los misiles tierra-aire, de eso nada se dice ahora. Han salido armas de las zonas veredales (en donde están concentradas las Farc) con las cuales se han cometido atracos, han entregado armas a los milicianos, y se ha hablado que los escondrijos podrían ser 900. Que hay entrega de armas sí, pero existen todas las dudas acerca de la posibilidad del desarme total", advirtió.
También reiteró que el acuerdo de paz garantizaba "la impunidad del terrorismo" y que el Estado había claudicado ante los mayores violadores de derechos humanos y narcotraficantes.
Frente a los señalamientos gubernamentales de que la oposición quería hacer “trizas” el acuerdo de paz, Uribe aseguró que si uno de los candidatos del Centro Democrático o de la coalición ganaba la Presidencia en el 2018, se iban a modificar los acuerdos con las Farc pero no se eliminarían.
"A mí se me pregunta mucho, ¿si ustedes ganan el año entrante, se eliminarán los acuerdos? No. ¿Se modificarán? Sí", indicó el expresidente Uribe.
"Hay otras preocupaciones muy grandes con el tema de Farc, no quiero dejar de mencionar ésta: cómo se limita la gobernabilidad. Las próximas tres administraciones presidenciales, si eso no se reforma, es decir ese acuerdo con Farc, todo lo que produzcan en materia de decretos, legislación, etcétera, tendrán que acatar esos acuerdos que los subieron al nivel de la Constitución y que van a ser un gran obstáculo para la reducción del gasto público y para la creación de normas que le den nuevamente toda la confianza a la inversión", dijo.
Así mismo señaló que con el acuerdo hay una serie de beneficios a las Farc que son muy preocupantes y afectan las instituciones desde el punto de vista judicial, económico, político, social…
Como se ve, si bien todo ese rifirrafe se da a diario en Colombia entre santismo y uribismo, es claro que cuando se produce en Europa, con sus dos protagonistas principales y en semejantes escenarios políticos, económicos y mediáticos, la división y polarización de nuestro país alrededor del tema de la paz se dimensiona aún más.
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