Como diría el ex ministro delegatario Jorge Mario Eastman, hablando de otro personaje: “Santos no tiene estrella sino galaxia”. La muerte de Alfonso Cano es apenas un episodio que se suma a los ya protagonizados por él en la lucha contra la narco-guerrilla. Lo más probable es que después de este hecho, la popularidad del Presidente ascienda a cotas descomunales. El país tiene que reconocerlo así, cualquiera que sea la posición política de los ciudadanos. Y este columnista así lo reconoce.
Tiempo de definiciones. Ahora vendrá un tenso proceso de definiciones en las Farc que contribuirá a definir el nombre del sucesor de Cano, lo que terminará con el empequeñecimiento de la guerrilla, lo que también favorecerá a Santos, habida cuenta de su buena fortuna. Lo mismo se evidencia que Santos sí era el verdadero ministro de Defensa de Uribe. Santos logró corromper a la guerrilla y a Cano los únicos que no le fallaron fueron sus perros “Pirulo” y “Conan”.
Partido en liquidación. Todos los analistas, incluidos los conservadores, coinciden en afirmar que el partido de Caro y Ospina sufrió el 30 de octubre la más contundente de las derrotas que haya podido confrontar. De nada valen los malabarismos que el presidente del Directorio Nacional hace para disimular la catástrofe. El partido tuvo una vida artificial durante ocho años del gobierno de Uribe, gracias al caudaloso combustible burocrático que le insufló, convirtiéndolo en el partido de Fabio, Ciro y Carlina.
Más pasado que futuro. Lo más relevante de la crisis conservadora es el futuro, cualquiera que sea la solución que se encuentre para renovar la jerarquía actual. Hay una realidad innegable: el conservatismo no tiene porvenir.
Atrás quedaron definitivamente los días de gloria y de grandeza, pues el escenario que se advierte para las futuras contiendas presidenciales es francamente desolador. Con dos millones de votos, pero con las muletas de las coaliciones, contabilizados en la pasada jornada electoral, y una ausencia total de figuras que puedan representarlo en las venideras confrontaciones nacionales, no cabe duda de que el partido camina hacia la disolución.
¿Y del seguro, qué? Con los desastres ocurridos en las plantas de “Aguas de Manizales” se tenían que haber hecho efectivas las pólizas de seguros que la ley obliga sobre todos los bienes del Estado.
Preguntas pertinentes: ¿Por qué el gerente de “Aguas de Manizales” nunca hizo efectivas las pólizas? ¿Por qué la Contraloría Municipal nunca exigió la defensa del patrimonio público en “Aguas de Manizales”?
¿El tubo tuvo la culpa? ¿Dónde están los tubos que tenía “Aguas de Manizales” para atender la emergencia? ¿Quién los vendió? ¿Cómo se reportó el producto de esa venta en el balance de la empresa? ¿Dónde está ese dinero? ¿Quién los puso a la venta y cómo se reportó?
Esa reserva de tubos habría salvado a Manizales de las dos calamidades.
Sabemos que esos tubos costaron una millonada.
Señora Contralora: ¿quién cuida la platica del erario?